Deconstrucción: |
Fotografías del proceso de destrucción de una silla encontrada en la calle.
Se va destruyendo una silla arrancando sus partes una a una, sabiendo que la atomización es imposible, hasta llegar a su completa disolución como silla dejando ver que la suma de las partes no constituye el todo.
En este trabajo de destrucción o descreación se intenta poner de manifiesto por negación que la creación tiene una componente espiritual inapresable que queda oculta y simultáneamente patente al igual que está oculta la mano de quien insufla o arrebata esa componente.
Como otros proyectos fronterizos, silla trata de lidiar con el conflicto semántico-óntico (semóntico?) que se plantea al hacer la pregunta ¿en qué momento una silla deja de ser una silla? Pregunta que, formulada en positivo, intenta descubrir la posible existencia de la esencia de los objetos o significados de las palabras.
La investigación está inmersa en una serie mayor de deconstrucciones que tiene como meta última la búsqueda de la identidad, la captura del mundo más allá de lo comunicable, inclusive en un ámbito trascendente y/o religioso.
Giusseppe, M-20030612.
Silla se llevó a cabo en el
local La Cava de Humilladero, en Madrid, 20030521 a partir
de una silla de madera y lona encontrada en C/
Corredera Baja de San Pablo.
Fotografías del proceso de destrucción de una mesa encontrada en la calle.
Intentando descrear otros objetos, como una tabla de planchar, una mesa, se encuentra la característica de que el proceso implica una violencia que no estaba planificada. Tanto en el proyecto de destrucción de la silla como en los otros casos, siempre se alcanza un momento en el cual el objeto parece oponer una última resistencia a dejar de ser tal objeto.
Esta violencia lleva a dos reflexiones. Por un lado la de cuestionar si realmente el objeto tiene algo así como un alma que desea seguir existiendo y, por otro lado, la necesidad de una intervención violenta, con cierto cariz revolucionario, para salir de una situación en la que la inercia parece mantener las cosas siendo lo que son y no lo que queremos que sean.
En todo caso, es un punto de no retorno, un hito en la historia entrópica de la deconstrucción del objeto.
Mesa se llevó a cabo en el local Clave 53, en Madrid, 20040129 a partir de una mesa de madera y conglomerado encontrada en C/Campomanes.
Fotografías del proceso de destrucción de un ventilador encontrado en la calle.
Este proceso fue grabado en vídeo (VHS) por Beatriz Pagés. Se pautó libertad total a la hora de elegir planos, etc.
La grabación incluye conversaciones en las que se desgranan pensamientos a medida que se van produciendo los actos de deconstrucción.
Ventilador se llevó a cabo en el local Clave 53, en Madrid, 20050118 a partir de un ventilador de estructura metálica y aspas de plástico encontrado en la calle.
Fotografías del proceso de destrucción de una silla encontrada en la calle.
Cobra importancia el hecho (reiterado) de enfrentarme con la destrucción de una silla, esta vez, con ruedas. No menos importante sigue existiendo la constatación de la aparición sorprendente, por inesperada, de la necesidad de violencia para llevar a cabo el proceso con satisfacción. 2 tornillos se negaron a desatornillarse induciendo la ruptura de un proceso frío y sencillo de desmontaje.
Esta silla, al igual que otros objetos, ha sido utilizada como tal hasta su caída en desgracia, momento en el cual decidí deshacerme de ella. Lo más curioso es que una vez destruida o descompuesta en sus respectivas partes, algunas de ellas resultaron ser sugerentes o útiles evitando que la totalidad del objeto desapareciese de mi vida. Este rasgo también es algo que se repite en todos los anteriores, como si cada destrucción implicase la generación (creación, nacimiento...) de objetos más sencillos que heredan y contienen el “recuerdo” de su precedente o antecesor.
Durante el proceso de deconstrucción de este objeto soy consciente de que esta actividad resulta un símil de cierta forma de pensamiento analítico con el que afronto un sinfín de situaciones, es decir, simplificándolas o reduciéndolas a una conjunción de situaciones menores que sé resolver. Esto, claro está, prueba que esta forma de pensamiento es incorrecta, puesto que resuelve situaciones que no tienen, ninguna de ellas, nada que ver con la situación de la que proceden, salvo, quizás, ese “recuerdo” o herencia del que hablaba en el párrafo anterior, pero han perdido las relaciones entre ambas. Es posible especular que en estas relaciones ocultas es dónde se haya el nido del alma del objeto.
Silla (negra con ruedas) se llevó a cabo en el local Clave 53, en Madrid, 20050329 a partir de una silla de metal con ruedas y sillín de lona negro encontrada en la calle.
Fotografías del proceso de destrucción de una impresora averiada.
Debido al hecho de que se trataba de un objeto no seleccionado personalmente por mí, se planteó la oportunidad de descrear desde otro punto de partida, que sería el de seguir instrucciones mías sin que fuese yo mismo quien, personalmente, deconstruyese la impresora. Las instrucciones consistieron, exclusivamente, en descomponer el todo en sus distintos elementos de modo que las fotografías diesen como resultado un seguimiento pseudo-cinematográfico del proceso y que el resultado mostrase todas las piezas o partes en una composición ordenada.
Era relevante que la persona que fuese a llevar a cabo el proceso estuviese involucrada de alguna manera con el objeto del que se trataba, de ahí que Beatriz Pagés fuese la persona encargada de realizarlo.
Sus respuestas a las preguntas que siguieron a la conclusión del proceso, parecen indicar que este se manifiesta de manera muy similar para cualquiera que lo realice, de modo que no se trataría exclusivamente de una sensación o impresión individual sino, quizás, objetiva.
Impresora requirió de una ingente cantidad de pasos antes de obtener una descomposición que pudiésemos dar por satisfactoria, lo cual resultó sorprendente puesto que esperábamos facilidad en el proceso y una deconstrucción rápida.
Impresora se llevó a cabo en el local Clave 53, en Madrid, 20050331 a partir de una impresora Hewlett Packard averiada aportada por Beatriz Pagés.
Fotografías del proceso de destrucción de una camisa.
Buscando lo más próximo a la deconstrucción de un ser humano, en la búsqueda, como comentamos, casi religiosa del alma de las cosas, procedí a la elección de una prenda de ropa como símbolo de la piel del hombre, que, por supuesto, debía ser yo mismo, para esta ceremonia de descreación.
Este, de momento, será el lugar más alejado del origen del proyecto y más cercano, por otro lado, al final del mismo. Es, por decirlo así, el último punto de la recta que se pretende construir para extrapolar la conclusión que subyace en toda la investigación.
Camisa se llevó a cabo en el local Clave 53, en Madrid, 20050418 a partir de una camisa gris de algodón rota, antiguo regalo de mi amiga Patricia Puentes.
Algunas consideraciones importantes que me gustaría hacer son las siguientes.
En primer lugar, este proyecto no está terminado ni, posiblemente, lo estará nunca. Esto es así además, en las varias dimensiones en las que se extiende, es decir, en la de ir variando el tipo de objeto deconstruido y en la de ir variando distintos objetos de un tipo dado. De ese modo, aunque parezca increíble, se está afrontando el observar toda la naturaleza al completo.
En segundo lugar, el resultado del proyecto es únicamente el realizarlo, vivirlo, no tanto el generar un objeto nuevo ni tan siquiera este pequeño estudio o bitácora del proyecto, por no hablar de las fotografías que no son sino parte de esta bitácora. Las fotografías no son fotografías sino partes de un todo que no está bien definido.
Añadir que ha variado poco el objetivo del proyecto pero, aun así, ha abierto nuevas vías de investigación, como la búsqueda de cruces en todos los residuos generados, que se vincula con un proyecto actualmente en curso titulado Religiones, al tiempo que aumenta la sensación personal de que existe una fuerte búsqueda espiritual entroncada con la búsqueda cultural y las raíces de mi propia idiosincrasia e identidad. Sin embargo, eso no ha sido obstáculo para poder hacer algunas variaciones formales o metodológicas como la de contar con colaboración para grabar el proceso en vídeo o incluir el proceso de deconstrucción de objetos llevado a cabo por otras personas. Agradecer, en este particular, la colaboración de Beatriz Pagés.
Los textos de este registro no siempre se han ido añadiendo justo a continuación del proceso correspondiente, pero sí se ha mantenido un orden cronológico equivalente al de las descomposiciones. En cualquier caso, algunos de los detalles del proceso o de las reflexiones provocadas han quedado en el terreno del olvido de donde resulta difícil rescatarlos.
Algunos de los objetos descompuestos no aportaron nada nuevo a la investigación salvo la constatación de lo ya preexistente, aunque contribuyeron a extender ambas dimensiones muestrales.
Los objetos deconstruidos han sido:
Esta versión del proyecto se da por terminada hoy, 16 de mayo de 2005 en Madrid, por Giusseppe Domínguez.