la gente no para de pasar al otro lado del cristal
y yo estoy muy cómodo
a este lado
al lado de mi café (con leche
el vaso de agua
el libro de otro
que no soy yo
porque no me atrevo a estar expuesto
al otro lado del cristal
por donde pasa la gente con sus rostros de piedra
su tristeza sin fin
su soledad
– incomunicación –
al contrario que en esta ficción a este lado
del cristal
cálido y sereno
como este poema
que no se atreve a gritar.