Tener que planear los fines de semana de los próximos 6 meses es algo estresante, pero forma parte de querer ser editor, es decir, querer estar presente en presentaciones de los libros que, poco a poco, voy generando en esta nueva faceta.
Hacerlo convivir con las demás actividades es ligeramente molesto y obliga a pensar con una antelación de la que no hay garantías de cumplimiento. Esto suele agobiarme un poquito.
¿Es el futuro algo que puedo controlar? ¿Es mi futuro algo que está en mis manos?
ufff…
Otro día hablamos del «que todo fluya» o similar.