Teclado

Mi teclado va tiñéndose
de mis células muertas.
Casi hay un cadáver
bajo mi ratón.

La R ha sido devorada
por una capa de grasa.
La S ha perdido
las ganas de vivir.
Esc sigue siendo impoluta
sacándome siempre de apuros
tocada por un meñique
que no se cansa de pedir ayuda.

Pero bajo un manto
de materia orgánica depauperada
está la tecla de Inicio
recordándome
que trato de volver atrás
a matriz prenatal
que me arrastre al Fin.

Enter,
Enter,
Enter.

Esto no es una broma