La cerería del niño del remedio
ya no tiene remedio.
Los feligreses
han decidido
no comprar velas
hechas de cera.
Sus velas son de yate
velas de tela.
Los niños ya no tienen remedio
para sus ceras.
Dibujan con tabletas
de vidrio romo.
La cerería
tiene al lado una iglesia
subvencionada.
No lamento este cierre
aunque mucho me temo
que irá a ser breve
o abrirá algún local
gentrificado:
La especulación no entiende
de religiones.
El niño sin remedio
ya no está en Siria.
Está olvidado en mitad de un mercado
capitalista.
Los feligreses
ahora son más fieles
de yoga y polipiel
de terapias dudosas
que les hagan creer
creer
creer
creer
que la Tierra es más fácil
de lo que entienden.
Comprehender
comprendiendo
o
desconociendo.
La cerería
bajo mi ventana cierra
una nueva fase.