Esto ya lo he hablado recientemente.
Me parece pesadísimo insistir en que la ciudad, urbe, requiere unas normas de urbanidad que deben seguirse por peatones y por conductores de vehículos de todo tipo. También por ciclistas.
Estoy cansado de encontrarme con ciclistas a mi espalda, circulando por la acera, intentando adelantarme por algún lado, mientras, paranoico, pienso que me voy a chocar con ellos y que me haré daño en el brazo dañado.
Estoy cansado de tener que ceder el paso a motoristas que aparcan en mitad de espacios reservados para paseos de peatones, de tener que ceder el paso a ciclistas y motoristas que aprovechan la debilidad de los viandantes para zigzaguear y adelantar su recorrido a costa de hacer inviable la comunidad.
Estoy cansado de que nunca se atente contra los coches privados a quienes se tiene miedo. Si ellos son el enemigo, ¿por qué se ataca a los que vamos caminando?
Estoy cansado. Me parece una enorme falta de respeto a las normas básicas de convivencia, a la convivencia, por tanto, a la comunidad, en definitiva, a todos y cada uno de los ciudadanos.
¡Carril bici eliminando coches…
o nada!