En lo profundo de tus lagos cubiertos de montaña
en tu inocencia ciega
en tus mañanas
como ladrón del tiempo de muñecas,
hábil conocedor de tus encantos.
En filamentos de miel
hebras de sol
enarbolado ensayo de dios
reconociéndose dueño del destino
que nos separará
barco de vela henchida de misterio
en el océano profundo de tus ojos
en la fosa abisal de mi tristeza.