No quiero hacer a
penas
nada
nada de nada
que, como todos sabemos,
es todo
así te quiero
nada
del todo
para nada
que diría Oliverio
pero no
ni siquiera eso
ni siquiera quiero leer
un mísero poema
ni dejar de pensar en blanco
en una especie de anónimo olvido de la acción
que tampoco es inacción
es un vacío vacacional
por supuesto
laico
en mitad de ceremoniales religiosos
liturgias
asesinas
que recuerdan
con un afán desmedido por llevar a los últimos extremos los desmanes de la recuperación de la memoria histórica
que
en este caso
distan mucho de ser verdaderamente históricas
y se acercan más a la mitología necesaria
para financiar
la empresa más antigua
de este planeta.
Quiero borrarme… pero servirá de tan poco,,,
mientras tanto
sigo deshaciéndome de
productos financieros innecesarios
como tarjetas de crédito
cuentas corrientes
y algún que otro depósito a plazo
que busco rentabilizar un poco más
de lo que hago
pero que parece imposible
en manos de estafadores
que parecen haber aprendido de la iglesia cristiana
fabricando unos mitos
tales como que el dinero en el banco
rentabiliza más que en casa
pero que, ahora mismo, sólo se cumple
para aquellos que tienen tanto dinero
que no entiendo para qué quieren rentabilizarlo
aún más.
Mientras, veo pasar las nubes sobre mi cabeza
y pienso en escuchar a Mahler
que tanto le gustaba
a Bukowski…