Frente al Frío. Un silencio. Un estómago. La música de mis internas cañerías llora pidiendo justicia. ¿Os acordáis de aquellos que protagonizaron la historia?
Algunas veces gimo por carecer de una palabra que diga algo. Algo con sentido. Con un sentido para mi vida. Me obligo a escribir letras y letras una detrás de otra como si no pudiese hacer otra cosa cuando podría lanzarme a la cama a su lado y lamer su piel cálida con mis dedos a punto de estallar.
Este fin de semana, Mª Luisa salió 2 horas a la calle. Estuvo haciendo la compra y se encontró con su vieja amiga de la infancia. Agustina, que ahora es gorda (aunque siempre fue tendente a ello) y sin encanto, aunque en su risa o sonrisa aún perdure un resto ajado de coquetería…
Mueren los oligarcas de la tinta en la noche. ¿Crees que tiene algún sentido que escriba de esta manera?
Este texto será arrojado al fuego: me creeré, incluso, maldito o irreverente… cuando lo que soy sería tan triste revelarlo…