Gays, musulmanes (fundamentalistas) y el velo

3 BurkasLa razón que aduce el islamismo (fundamentalista (para mí es fundamentalista cualquiera que diferencia entre derechos del hombre y la mujer)) para la existencia del velo, para su uso prescriptivo, es la de que el pelo y la piel de la mujer induce al pecado de lujuria.

No digo que no me sienta más tentado en primavera y en verano de dejarme llevar por pensamientos impuros (bueno, en realidad, puros de lujuria, que no reconozco como un pecado, pero eso dejémoslo de lado por el momento)

Lo que no acabo de comprender es por qué no se prescribe para todo el mundo. Al fin y al cabo, la lujuria también la ejercitan los gays que se sienten atraídos por pieles y cabellos masculinos.

Supongo que esta es una de esas razones por las que en las culturas de influencia islamista los gays son un problema tan profundo: afectarían a los derechos que ahora mismo solo tienen los hombres y se verían mermados por el mantenimiento de una moral puritana y estrecha.

Aún es más, en el caso del burka, esa exageración negra, tendrían que reconocer su falta de imaginación, pues un cuerpo cubierto no sería suficientemente inocente para alguien con capacidad para crear imágenes sugerentes bajo un manto, o, como diría Baudelaire, al otro lado de una ventana cerrada.

Las ventanas.

Pequeños poemas en prosa
Charles Baudelaire

El que mira desde fuera por una ventana abierta no ve nunca tantas cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso, más deslumbrante, que una ventana iluminada por la luz de un candil. Lo que puede verse al sol es siempre menos interesante que lo que sucede tras un cristal. En ese agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida, alienta la vida.

Más allá de las oleadas de tejados veo a una mujer madura, arrugada ya, pobre, inclinada siempre sobre algo y sin salir nunca. Con su rostro, su vestido, su gesto, su casi nada, he rehecho la historia de esa mujer o, más bien, su leyenda, y algunas veces me la cuento a mí mismo llorando.

Si hubiese sido un pobre viejo, habría rehecho la suya con la misma facilidad. Y me acuesto, orgulloso de haber vivido y sufrido en otros distintos de mí.

Puede que me digáis: «¿Estás seguro de que esa leyenda es la cierta?». ¿Que importa lo que pueda ser la realidad que se encuentra fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy?

Tras (o bajo) un burka, yo imagino hombres, mujeres, niños, perro gato pez o flor… ¡Ay! ¿no estarán, con su medida, dejando que la imaginación llegue incluso a la pederastía, a la zoofilia?

En resumen:

hombre + hombre, con poca ropa: no imaginan posible tentación lujuriosa.
hombre + hombre, bajo un burka: no imaginan posible relación homosexual.
mujer burkada + mujer burkada: no imaginan posible relación homosexual.
hombre + mujer burkada: no imaginan un posible incesto.
hombre + burka conteniendo una forma antromórfica: no imaginan zoofilia camuflada.

Problema de poca imaginación. Está claro que son muy naïf.

Esto no es una broma