Quiero pensar
que parte del humo que respiro
ha estado dentro de tu pecho.
Es una forma extraña de tocarte,
posesión pulmonar,
deseo carnal
vibrando en el aire que estremeces,
íntimo
en este torrente a ritmo de mecano.
Quiero pensar
que tu indiferencia es el comienzo
del beso que,
tan sólo,
le otorgas a los hielos.