Hay días
en los que cumplo
cuarenta y seis y un día
y siento
que me encantaría alcanzar
el medio siglo
y duplicarlo
y llegar a 100
o a 1000
o más.
Hay días en los que
un día más es complicado
y parece molestarme
seguir avanzando en esta trayectoria
sin sentido.
Hay días
en los que
veo el camino ancho
…
y no pienso en el final del mismo
porque me gusta caminar
con la arena caliente
bajo los pies
bajo la planta de los pies.
Hay días
en
los que
se me clavan las flores en la cara
como escarpias ardientes
y me rompe la fe
en el deseo.
Hay días
en
los
que
evalúo las opciones
y todas sacan matrícula de honor
y recupero todo lo jugado
hasta el momento.
Hay días
y luego
está
hoy.