Estoy editando un libro colectivo con mis alumnos de talleres, como suelo hacer al final de cada curso. Este año también lo hicimos. Aprovecho para vincularles con el proceso de selección de textos, de maquetación (de edición) y un ejercicio de colectividad, digamos, asamblearia pero con mi veto de por medio. Procuro ejercerlo poco, no obstante.
Después de terminado el material, que maqueto y les entrego para su revisión y aprobación, contacto con una editorial de las que hacen libros online bajo demanda (www.bubok.es) y procedo a subir el libro y darle el formato que requieren para su procesado.
Este año, el libro se titula Verso Cero, tiene una bonita portada de unas salinas de las Islas Afortunadas, y está en proceso de envío.
Cuando pedí el primer ejemplar de prueba, se puso en contacto conmigo un asesor comercial de la empresa para aconsejarme y ofrecerme un buen presupuesto y buen precio por ejemplar para la primera tirada de centenar y medio de unidades.
El viernes 14 procedí a aceptar el presupuesto que me había presentado este asesor y solicitar los libros. Quedamos en hablar un día de esta semana pasada… pero no me llamaba.
El jueves 20, algo inquieto por su silencio, le llamé para saber en qué estado estaba el pedido y me contestó una asesora que me confirmó que todo va según lo previsto. Bromeando, le dije que Rafael no habría dejado la empresa… y me contestó que sí. Le dije, siempre asumiendo que era en broma, si había sido despedido… y su silencio me dio a entender una respuesta afirmativa… Jo. ¡Qué tremendo! En menos de una semana yo me había quedado sin interlocutor, había encontrado una nueva interlocutora y seguía como si nada hubiese pasado.
Pero me dio por pensar en la volatilidad de los trabajadores, que no de los puestos de trabajo: el empleo sigue, pero el empleado cambia. Sí, es obvio, es tontería, casi, pero me parece algo «deshumanizado», aunque, también, cabe decir que terriblemente eficaz, mecánicamente eficaz, casi como automatizable.
No era mi propósito hablar de la naturaleza del mercado laboral, ni de el tipo de trabajo que llevamos a cabo en esta era de superación de la revolución industrial hasta la tecnológica, pero se acaba pensando en ello, de alguna manera. ¿O no?