Huerta de estrellas que se extiende bajo el cielo con un elefante azul llamado M213. Se llena de lluvias de amor bajo la luna, bajo una luz ventana que goza conmigo y con-ella. Posee bajo su cuerpo un mundo laberíntico en el que habitan magos y algún que otro recuerdo. Sus piernas, encogiéndose, son hoy rodamientos de libertad, roulotte sin baño y sin tracción.
¡Cuánto odio tuve a esta vieja sala de cine de películas subconscientes!.
Altiplanicie rectangular, mullida, que llega a mi rodilla para insinuarme su forma y pedirme que la posea. Pero es ella quien me posee, ella me abduce hasta obligarme a pasar horas sometido a su cálido abrazo, del que sólo me arrancan enemigos sin piedad, benditos protectores de mi empleo.
Su cama.
La de ella.