El ojo me ve

Miro a un ojo que me ve
con la oscura profundidad de un electrodoméstico
de plata falsa
y sé que me mira
con un ojo que ve en el mío
un ojo que ve
con la oscura profundidad de un humano
de carne falsa
y sé que sabe que nos miramos
sin el mínimo atisbo
de amor.

Son miradas antieróticas
rabia de una nube ciega
que no sabe que los ojos
no se hablan
porque no conocen el sigo de la noche
con el que emprender la palabra
a manos de un caballo desbocado
caballos
que siempre andan
(por ahí)
desbocándose
estúpidos seres animados por la violencia
de una masa energúmena de vísceras
cargada sin la belleza de la poesía.

Las nubes ciegas
no comprenden que hoy
el sol
me ha dedicado un saludo
con un ramalazo azul
como la lírica muerta.

Esto no es una broma