Nuestras palabras
nos impiden hablar.
Pedro Casariego.
Silencios rotos
en la noche dura del ayer.
estabas tendida y despierta;
un abrazo nos hizo reaccionar
y las lágrimas vertidas en el nombre del miedo
se convirtieron en tenazas feroces de cangrejos de mar
atrapándonos.
atrapándonos
con nuestras propias palabras.