En el momento en el que el toreo se consiente comienza un tropel de sinsentidos. Si además el Ministerio de Cultura se unifica con el de Deportes, ya ni hablamos. Si el gremio de Toreros es conjunto no disjunto con el de Artistas, ya está todo servido.
Ahora, después de premisas impensables de tan absurdas, viene una conclusión del todo lógica. Es el problema de los silogismos, que no distinguen entre valideces de premisas y sandeces de las mismas.