Sí, si quieres cambiar el mundo desde el lenguaje, tienes que dejar de usar esta expresión si buscas un país laico.
Tampoco uses aDios, pues deriva de lo mismo.
Tampoco uses anímate, pues das a entender que crees en el alma.
Y podría seguir y seguir.
Ni se te ocurra festejar un domingo (día del Dominus…).
Ay, qué superficial es cambiar el mundo cambiando el léxico del lenguaje. Aprende, sin embargo, a cambiar la semántica y verás cómo, poderosamente, el mundo ha cambiado de repente.