Cargaba una carretilla
con frutas,
pesada
y dos viejas chismosas
delante de él
impedían su avance.
Se consolaba mirando
culos
de extranjeras que hacían turismo
pasando a su lado
sin darle
una existencia.
En el semáforo, al detenerse
ya no aguantó más
y adelantó a las viejas.