Es fascinante ver cómo es comentado y felicitado un comentario simplón, tontarria, banal, diría, sobre mis hábitos de vida y costumbres, sin entrar en debates que podría haber generado, al estilo de «pues tú también harías black friday para comercializar tus productos» o del más profundo: «la economía capitalista actual demanda la existencia de un consumo permanente para no colapsar».
El jueves puse esta frase tonta en el facebook, sin mucho acierto, y ha llegado a ser una de las publicaciones que he tenido más impactantes. Está claro que interesa el mensaje simple, sin mucho trasfondo, facilón, y no un sesudo tratado sobre el modo de vida capitalista ni mucho menos una descripción detallada de mis hábitos de consumo.
Es parecido a ese estupor que me produce tener un nutrido número de seguidores en instagram, sin saber a dónde me dirijo.