Ayer en lo profundo de la noche
escribí el poema más íntimo posible.
En el fondo de mi mente
comencé a escribir
con tinta transparente
y apenas podía continuar
el flujo del verso libre
que se escabullía entre mis ojos
ya cerrados.
Palabra tras palabra
fui componiendo un canto
de sensibilidad y materia
que me leí hacia adentro
en completo silencio,
hacia lo más hondo
de mí mismo
y me sentí afectado
henchido de emoción
y sorprendido por la intimidad
que poseía esa poesía
que comenzaba con un título
sobre que
ayer en lo profundo de la noche
escribí el poema más íntimo posible
y
en el fondo de mi mente.