Hoy he hecho la primera copia impresa de mi libro.
Tengo ganas de librarme del lastre que sé que significa para mí. Es, con palabras del genial Rafa Mora, tiempo de otro tiempo.
Serán escritos de otro yo renacido, con ojos maduros, de más duros, espero que no insensibles sino observadores profundos capaces de excavar la mierda para encontrar la realidad. No quedarse en las flores ni en los cipreses. Fin de los almendros y los lirios.
Ha llegado el momento de refrescar el ánimo empezando por mis escritos.
Esto debe enlazar con la metamorfosis de este capullo que subscribe y ha decidido sobre su vida. Ya no la ubicación, ya no la compañía, ya no la profesión.
Es tiempo de exploraciones. Y conquistas con o sin lucha pero con objetivos revolucionarios, rebeldes, libres, radikales de verdad; tengo que dormir en el suelo de mi calle, tengo que pedir pa’l metro, tengo que ligar con esa chica, tengo que ser quien no me atrevo. Crecer.
Hay un futuro por invadir esperándome.
Hay un futuro haciéndose en este instante que lleno viejas hojas australianas.
La espalda preciosa me impide ver la voz agradable y dicharachera de una sureña pelo largo.
Espero a Sylvia. Casa Antonio.
Mañana vamos juntos a Manzanares y yo he terminado un sueño.
Quizá no venga. Yo estoy en la gloria de esta música rumbosa y pleno de alegría respiro de otra forma.
Madrid, Viernes 15 de Enero de 1999.