Stan Lee
95 años.
Creación permanente
para escapar del tedio
buscando un ser humano
o sobrehumano
que pudiese parecerse a él
y no podía encontrarlo.
No lamento su muerte
y envidio
lo poco que conozco de su vida.
Envidio su constancia
su dedicación
y
en parte
su éxito.
Envidio que viviese 95 años.
Pienso en su vida y no en su muerte
y no lamento su muerte
y sí festejo su vida
viéndome algún homenaje
audiovisual a su memoria.
Habiendo tantas vidas desperdiciadas
la suya no fue una de ellas.
¡Viva!