Café Jamaica, M-20001218

Hoy me ha sorprendido la locura del futuro. He leído en un periódico argentino que un alemán en Nebraska ha decidido conectar sus nervios a Internet. Sí, su sistema nervioso va a chatear conmigo mientras vas a dormir con el culo estrecho y una figura de pluma con borbotones de sangre azul.
Hoy he leído la locura del sinsentido y no ha sido el apéndice de un desayuno desnudo.
No puedo comprender a los humanos y creía que había sido capaz de renunciar a intentarlo. Ya ves, me equivocaba.
Me ahorcas con una bufanda que rapta tu cuello. Soy un fantasma que espera ser devuelto a la muerte y a la vida, ser arrancado de la cárcel mis huesos, mis huesos fríos de barro, grises como la nieve, tus ojos de llamas lejanas que ríen, ríen… barcos de niebla en casablanca.
Te estás yendo de mi lado porque esta noche he soñado que volábamos al país del siempresnife, donde la luna se raya, las nubes se fuman y tú, querida opiácea, te nombras poesía brillo de candil.
Eustaquio ha vuelto de barcelona donde nunca estuvo y en su carmen 12 sigue jugando a vivir con unos ojos que miran hacia adentro.
– ¿unos duritos, chico?
Pero yo estoy pensando en el olor en mi aliento del trago de orujo que te enamora. Me cruzo con su mujer, la bella Margarita del Toboso, la de las trencas azules de añil violento. Camina erguida sobre sus hombros hombreras de hembra que olvidó un hombre que… la amaba.
Y hoy, el pobre Eustaquio, con sus ojos en blanco, causando desconcierto pidiendo cinco duros, tiene hambre.
Margarita de tergal y roble tiene tela y madera cubriendo con su paso un rostro que le ciega. Huele su olor esencia de mujer y muere un poco más.
Ella está muerta.
Ha caminado esta tarde las dunas del tiempo y nos cruzamos una mirada, y no hemos cruzado una mirada. Le habían gritado “guapa” y había bajado la vista. Al alzarla, yo verificaba y nos encontramos. He verificado la he encontrado. Sus ojos sin fin se me hicieron pasadizo del medievo. Yo no quise andarlos y se resbaló mi lengua por sus oros delgados hasta llegar al miedo.
Por eso estoy ahora aquí, escribiendo esta pavada de alguien que no existe y estoy convirtiendo en algo que aborrezco. Símbolo metáfora historieta de una realidad fingida orgasmo de puta.
Vamos a vomitar las minitarras
de butano
de orgullo
que en el bigote rumian
silencios.

Esto no es una broma