Tener unos sellos con los que puedo escribir todo lo que desee es una auténtica maravilla, una joya de regalito que me hizo mi alumna de talleres de Poesía, Andrea Vidal Escabí, con ocasión del juego navideño de «poeta invisible».
Otro regalo menos objetual fue la frase que Andrea le atribuye a su madre y que es otra auténtica maravilla:
Lejos de mí tan repugnante acción
que parece que le decía tras cada vez que se mordía las uñas, pero que también puede usarse tras ser acusado de cualquier cosa, sea la que sea. Es una expresión preciosa.
Ahora necesito sellos con los dígitos (ya me he hecho con un sello para fechar), así como un sello para las tildes que recorté de un sello que me habían regalado los compis de Estudio Mamífero.