En la hostil distancia de la indiferencia
navego por el eje de tu piel
dejándome llevar por alegrías
que brotan de la luz.
Resbalo en tu nariz serpiente perfilada
hasta el centro marmóreo de tus besos.
Un casco de imperios virtuales
se derrama en tus hombros
crisantemos
colgando en el azar de la distancia
contenida infinita en el infierno
compañera del alba
fumadora.

Esto no es una broma