2001

Te huyo
como otros tiempos y otros espacios
para encontrarme
lejos cambiado feliz
y me cabreo
si me piden que piense en ti.
Te huyo
hasta dejar mi casa hueca
sin sentido
abierto azul crispado
a punto de morir entre tus labios
a punto de vivir.
Te huyo
en el silencio, la palabra
queriendo construirme
forzándote
en un ir y venir de dedos de labor
en una cosa de plumas
sin aves y sin huevos
naranja ornitorrinco de sartenes
viendo caer un rizo por tu pelo
recortar la calma con cartabón de pituitarias
que me abrace y me deslinda
de tu pilar,
tu palabra
y reinen letras en surcos de trincheras
y reinen bienes de ilusión
de sueños
nervios
pena
sol
visitando mi huida
perseguido
acosado
raudo
solo
sin saber, todavía, porqué te asesiné.

Poema al 2001

Me inyecto en las neuronas
un microchip
con conexión a Internet y otras pavadas.
Me clono en cada uno de
mis semejantes
y mi información genética baila
en tus bases de datos.
He hallado la forma de disolverme
en ondas de satélite
por siempre ineludibles,
fibras que te sustentan
aire que te vibra.
Toda esta ubicuidad por perseguirte
estar siempre a tu lado
estar dentro de ti
horadarte y sin embargo
algo desconocido
en mi sistema
no acaba de funcionar.

Descripción de un objeto de casa

Huerta de estrellas que se extiende bajo el cielo con un elefante azul llamado M213. Se llena de lluvias de amor bajo la luna, bajo una luz ventana que goza conmigo y con-ella. Posee bajo su cuerpo un mundo laberíntico en el que habitan magos y algún que otro recuerdo. Sus piernas, encogiéndose, son hoy rodamientos de libertad, roulotte sin baño y sin tracción.
¡Cuánto odio tuve a esta vieja sala de cine de películas subconscientes!.
Altiplanicie rectangular, mullida, que llega a mi rodilla para insinuarme su forma y pedirme que la posea. Pero es ella quien me posee, ella me abduce hasta obligarme a pasar horas sometido a su cálido abrazo, del que sólo me arrancan enemigos sin piedad, benditos protectores de mi empleo.

Su cama.
La de ella.

un poema de amor

llegué tarde porque estaba borracho
y no encontraba
la maldita cerradura.
no sé muy bien cómo
conseguí meterme en tu cama,
abrazarte…
pero el calor
y tu olor
tu buen olor a sudor y cariño
terminaron de marearme
y vomité.
te despertaste para llevarme al baño
donde seguí vomitando
lo que ya no creía posible,
mientras tu mano acariciaba mi cuello
húmeda, para despejarme.
me dolían los ojos y los espasmos
de mi estómago
sólo se sofocaban con tu abrazo desnudo
y tu buen olor a sudor y cariño.
tu olor,
tu calor
terminaron por calmarme,
dormirme
a tu lado,
a tu lado
donde hoy he despertado para vomitar
este puñado de palabras mal escritas
abrazado a ti y desnudo
besándote la nuca
y preguntándome
cómo has aprendido a recogerte el pelo
y si todavía
me quieres.

Esto no es una broma