Sueño una pasión

llego a la cama
y ella está envuelta
en nuestro edredón.
necesito un abrazo,
un beso suyo,
un segundo de ternura
que
acabe con la soledad
de un secreto terrible.

sus labios acarician
mi alma enamorada,
sus ojos alegran
mi mente enamorada,
sus dedos…

***

camino entre la niebla
cargado de pasado
con un ansia en mi pecho de salir
adelante.
Ella toma mi mano
con su mano de barro,
con su risa tostada
bajo el sol de madrid.
me guía a su habitación,
subimos la escalera
que separa del mundo
su cama en las estrellas.

desde su ventana,
sentado a su lado
con unos calzoncillos
y una camisa larga
veo mi ventana.

a través de las nubes,
por encima del tiempo,
abrazo a mi mujer,
desnudos
bajo el cielo.

Ella se ha desnudado.
sus pechos moribundos oscilan cabizbajos
y sus manos se empeñan
en resultar de nata.
sentado a su lado
me duele la postura,
un pie en el suelo frío de su celda infinita.

en la puerta
la hermana
llevando el pelo rojo
el amante
llevando el pelo negro
y siempre
la amargura
de una sonrisa triste.

a través del silencio
brutal
de su llegada
abrazo a mi mujer,
desnudos
en la cama.

Ella cubre sus senos
con sábanas manchadas,
una colcha de felpa se cae
a su costado.

yo no puedo explicarlo
pero
siento desdoblarse
mi yo
detrás de esa ventana.

no quiero explicaciones;
quiero contemplar

la niebla

el silencio

sus ojos en mis ojos
mientras cardamos besos,
no dejar escapar
su cuerpo y su pasión
por estar en un sueño.
quiero despertar
y anudarme a su pelo
su mata de dios padre,
bajo la corredera,
al lado yo,
sentado,
Ella
se desintegra
y yo salgo volando
como misil de la NASA
hasta el abismo
que nos ha separado.
me hundo.
yo me hundo
en el campo de minas
de su carne minada,
me hundo
como el fuego
que desapareció,
el fuego que quemó
la cama, la ceguera,
su olvido,
un rayo de esperanza
y puedo ver,
a través del misterio
que se resolvió el ciclo,
se abatió el infinito
se rompió la barrera
y vibré.
vibré bajo las dunas de su culo vainilla,
cavé cueva sin fondo
en mitad de un desierto
y viví allí,
por siempre,
en el centro mismo de la pasión.

Esto no es una broma