las campanas suenan – hoy también –
el policía corre con una porra en la mano
casi tropieza conmigo
las campanas
un silbido indica al policía por donde ir
un borracho imita a julio iglesias
y una prostituta que es nueva en la calle
no sabe qué pasa
y mira
mientras suenan
repican
alegres las campanas
toda la plaza mira al policía que corre
con una porra
negra y maciza
en la mano derecha y
hay silencio.
los coches se detienen
las campanas se callan – hoy también –
el policía desaparece
y el borracho
vuelve a cantar
algo sobre las mujeres
y la pared y
palabras que no se pueden
entender
piedras de noche.