enarbolando la batalla de un hongo
me siento macho de angustia en las botellas
gimiendo candados maníacos de pánico
que alzan la voz de epopeya sin revólver
donde un acantilado de congoja siente la bandera
de ágape rojo y flor
de aullidos sin tisana
que escarbo a golpes de trompeta en el regimiento de mi muerte.