he matado una mosca

una maldita mosca
que no hacía más que moverse a mi alrededor
y no dejar que me concentre
en el próximo libro.
Madrigales de la pensión
que es negro y los dedos me duelen
me duelen de no escribir,
de dolor por mezquindad,
cobardía,
dejar hablar a seres que deben morir
aunque jamás me atreveré a matarlos.

sólo maté una mosca
y no supe cómo
quitarme la sangre de los dedos.

Esto no es una broma