la voz no sale de mí

se encierra y quiere vivir
siendo adivinada
pero no puede ser
y escribo
para decir que estas malditas brujas
no paran de mirarme
que así está perfecto de café
que no tengo más fuerzas
que quiero estrangular un fichero de un giga
que nada tiene sentido
que no viví la guerra de vietnam
que nos seguimos matando
que me da miedo la policía de mi calle
que me da miedo entrar en una tienda que vende kebabs
que todo y nada y eso…
que sí y no
que puede
que no sé, sobre todo, no sé
(si siquiera escribir)
y estoy encerrado porque salir al mundo
supondrá asumir que no estoy solo
(y será duro
como la tiniebla
en la que
la ducha de piedras construye carreteras)
encerrado
(musgo que no se permite libertad)

Esto no es una broma