arañar el infinito con pétalos de dolor
batir el plumaje del miedo
quiero huir de mi sombra con la negrura de la muerte
y no dejar
ni un momento
de escribir.
Soplar la vida en sus dientes de basalto
apalabrar la misoginia con lavabos de mortecina palidez
quebrando las astillas de plástico del bolígrafo
que es libre
escribiendo
soñando con alcanzar la inmortalidad
porque sabe que es posible
está en la meta absurda del placer
en la hombría que se endurece
horadando el sexo impenetrable
hasta romper en 2 lo indivisible.