sencillez

cuánto cuesta alcanzarte

sencillez

un poema narrativo
quizás
una canción

no desperdiciar el trino de gorriones
un niño dándole vida a una caja
mosquitos entre las letras (estas que escribo
una mirada escondida en sus gafas de espejo
hombres ofreciendo una copita
tras la que se supone una mujer semidesnuda
en la esquina de la calle de las conchas
un chorro de agua de manguera sin arcoiris
palabras que se arrastran
en medio del silencio
dunas de sombrillas
dónde el único desierto
es
hoy
mi esperanza

Soy normal

Ayer en mitad de la noche
vi
un hombre que se pinchaba
droga en la calle
en mitad de la calle
junto al Corte Inglés
grande y próspero.
vi
en mitad de la noche
una mujer negra
gorda y maloliente
en el suelo
en la puerta
de unos grandes almacenes
un perro que moría
coches sin ojos
violencia sorda
y me fui a casa
mi casa calentita y confortable
pensando
en mi amigo que se va a Colombia
en el calor de nuestra cama
pensando
en mí
mucho
más
de
lo
normal.

De vacaciones

Hoy se ha fundido
la bombilla de las flores.
Pedro Casariego Córdoba

No tenemos rayos de colores
luz de azules
no tenemos palabras
sin contra
adicción
porque hoy se ha fundido
la lluvia
el paraíso
nadie que puede
o no
ser
pedir perdón
tomar café
camarerear
emborracharse de aliento enamorado
vibrar en una cama de la que sale calor
una cama de la que sale vida
de la que se levanta una piel
y grita
(con alegría
te deseo.

bajo la lluvia

una yonki
a la salida del metro
me ha dado publicidad diciendo
trabajamos por tu futuro
de una escuela de informática
y (debajo de la lluvia,
mientras su pelo rubio goteaba tristeza)
me preguntaba
porqué no por el suyo.

creo que voy perdiendo sensibilidad
cuando camino por estas calles
y no lloro más
cuando un borracho apenas se sostiene
sobre sus piernas gruesas de pana
mojada su barba gris y negra
como tristeza que goteaba.

la lluvia escuece
mis realidades.

No hay tiempo

para escribir no hay tiempo
para vivir no hay tiempo
para morir no hay tiempo
para disculparse no hay tiempo
para ver como me miran desde lejos no hay tiempo
para llorar no hay tiempo
para gemir en la oscuridad no hay tiempo
para darse a la locura no hay tiempo
para estar solo no hay tiempo
para estar acompañando no hay tiempo
para estar no hay tiempo
para oír una tristeza diminuta no hay tiempo
para no oírla no hay tiempo
para dejar de lado la ternura no hay tiempo
para abrazarse a un filete de ternura no hay tiempo
para decir basta no hay tiempo
para dar un mordisco a un bocadillo de calamares en la niebla no hay tiempo
para una puerta que se abre del armario no hay tiempo
para nada no, para nada hay tiempo
no hay tiempo para el sexo
no hay tiempo para arrastarte por las dunas de la noche
no hay tiempo para llorar a tu lado una pena sin luz
no hay tiempo para partir
no hay tiempo para parir
no hay tiempo, no, para nada

y en medio del silencio
te recuerdo.

Esto no es una broma