El café.
El segundo café.
Suenan campanas.
Vienen rubias que se sientan,
se sientan frente a mí,
miro bajo sus faldas buscando una respuesta
y sólo encuentro carne,
rosada dinamita
de padres europeos
que guarda entre sus piernas
mi agotamiento.
Diario
El café.
El segundo café.
Suenan campanas.
Vienen rubias que se sientan,
se sientan frente a mí,
miro bajo sus faldas buscando una respuesta
y sólo encuentro carne,
rosada dinamita
de padres europeos
que guarda entre sus piernas
mi agotamiento.