grasa de caballo
en una rapaz de ajo
con un estómago
azul
porcelana sin piedad
abraza miedos
de un retrete, de un retrete
que muerde
un vaso de agua clara
una becada
jamón en serie
a la sombra de un cántaro
de pesadumbre
herrería como yo
bajo el tiempo de los unicornios
donde morí.
Día: 5 de febrero de 2009
Ayer decidí publicar un libro
Ayer fue un día especial
porque las estrellas volaban más despacio que otras veces
cuando una decisión mugió en mi rostro
escupiéndome un gargajo de verdad
verde y fluido como pota de borracho
bilis de mi alma,
cayó de boca contra un kilo de celulosa en forma de compresa
que absorbió todo lo que escribí
sin copiar una palabra oxidada
ni un sonido
pero copiando y plagiando
tan libremente
que creé una obra de arte
y
entonces
lo publiqué.
al hombre lo prefiero hombre y mujer
pollas y tetas
volando bajo
comiendo un deseo de sexo
¿cómo si no?
y una gorrina blanca
que va por el sendero
abrazando asfalto y comiendo semáforos
de luces de colores y pánico serrano
¡ole! Ole y ole
porque no hay límites y al hombre
lo quiero infinito omnipotente
DIOS.
Primera adscripción al dadaísmo
seamos orinales
mierda mierda
verseante
caballos de yos de cabayos cava
con dos
cabales muérdago
rotundo
do
do
quién?
la guerra
y el guardián
del antiarte
no, do, do, no, bah!
selina
tengo siete renglones
tengo siete renglones
una pluma de avestruz
la pera y una
con 12 doce, como yo,
que abrazan
muerden
adoran
cagan
sueñan, sueñan…
realidad
!
y
el fin del mundo
empieza hoy
Experimento dadá
No, pero la vida
calamares con pimiento
rojo de rusia impotente
cuando Lenin se hace geografía
y una becada
contraataca
la leyenda impasible
desde tú
desde dresde
con pasión Du Châtelet
que angustia
¡ah!
la guerra ha comenzado
¡bien!
y el chulo sin su puta se muere de tristeza
canario enjaulado
con bacalao serio
mirando el infinito a través del cristal
de una negación.
Asonancia
Propaganda taxidermista
de abluciones
coloreadas de añil
como el sombrero
como la pez
de la noche sin estrellas:
tus ojos.
y un camaleón muerto
en el armario
con un reloj de nueve horas
metropolitano y eterno que
nos rompe
desde dentro
con una luz de lágrimas violenta contra paredes vírgenes que resisten un final sin asonancia.
Castillo
rojo de blues
en alma
ecuestre
y de oro ojo
o o o
cuando el
cuando
sobremesa de torrevieja.
>ciegas se lanzan tornasoles de cantos azules
Como unas nalgas doradas por el viento
tiempo de amor
sueño on on on ir ir ir
y una siesta,
¿porqué no?
cuando canta la rana sorda
que dice Kroa, Kroa!!! y un beso loco para la vida
calabazas
de sabor a mermelada de media canción azul
tornasolado de sosa caústica entre ciegos alardes de rotundidad
y un postit amarillo a la orilla de tus ojos
botella de tekis.
- Para Carmen. Un beso dadaísta
Infraestructura de átomos acústicos rodeados de naufragios interoceánicos que gritan sin cesar pidiendo liberación. De cuando en cuando, los gritos se vinculan, las almas golpean unidas un hálito de lucha. Dan golpes al mundo de papel, plano y redondo como el sol. Nuestro pulso se inclina a la derecha sin que tenga ningún sentido y las manos negras gimen no meterse en tu sexo y explorar el infierno.
Una oleada de furia y llanto se hace consciente de deudas monetarias. Un infinito desasosiego en la quietud del pis. Todo es pis cayendo al mundo, al mundo golpeado de silencios gritos, de lágrimas de asfalto. Una calumnia ciega tiene ojos amarillos. No hay forma de escapar: nos vigilan. El tiempo ha terminado. El tiempo. Un instante sin ti. Un instante. Un instante salubre. Un gran instante de luz. Un gran instante en punto.
La ventana sufre un violento atentado. Ventanas azules se convierten en cuadros de ecuaciones matemáticas pisoteadas. Una apisonadora arrasa el único punto de misterio. Todo se vuelve confuso. Ya era confuso. El instante era. Era. Etapa. Época. Epopeya opeya ya o pe ya pe pe o po epo e ya ya… y más: un alijo de heroína en la esquina inferior izquierda. La única izquierda de misterio y voz. La luna. luna la. la. la.
Y los plásticos cantan victoria. Los plásticos son testículos de dios que no puede sujetar su escroto. Un único dios único instante. Nos vimos. Nos miramos. Nos tocamos. Le pinté para borrarle, para poder dejar de creer en él.
Al fin, soy libre.
Hoy podré escribir lo que yo quiera
y después
nada.
Huellas identidad letras y cruces
no existe forma de escapar
no hay de dónde escapar
no hay necesidad de huir
del paraíso.
- Madrid, Julio de 2003.
Durante un intensivo de pintura y creatividad
de Javier Melguizo en La Cava de Humilladero.