poema soez y reflexión

sus zapatos eran tan afilados
que por un momento pensé
si se los metería por el culo

pensé si los metería
en algún otro sitio
aparte de su armario.

reflexión:

lo primero que me salió fue soez, declaradamente soez y, si me apuras, también triste, pero es lo que me salió y me obliga a debatirme entre lo auténtico aunque no me guste (ni siquiera la palabra) o una estética intelectual que no acaba de interesarme por más que vea que obligarse a lo auténtico, a lo espontáneo, no es un acto auténtico ni espontáneo sino intelectual propuesta estética.
aún no lo he resuelto, pero ¿acaso se puede resolver?

otra palabra

en el libro hay numeritos
chiquitos
cada ciertas páginas
y creo que es código hermético
para alguien que lee de forma distinta
busco
hilo conductor de nylon transparente
y no encuentro nada
porque no tengo idea de música
o los clientes
hablan en estéreo
cuando los robos se cometen por falta de azúcar
o exceso
y ese nosaber
construye, conmigo, otra palabra.

No puedo escribir

No puedo escribir
mientras no para de hablar
y tampoco puedo
leer
esta caída de américa
si ella no para de hablar
con su pelo guardado en un pañuelo
(no
quiero ponerme descriptivo)
¿sabes?
porque estaba todo carísimo
y no he traído nada a nadie
y mis pendientes cuadrados son cárceles de mi parálisis
dedos que abrazan el falocigarro

dos
otros dos plegados
es distinto
la oscuridad cubre la noche
y es menos de la mitad
la luz entra por la ventana en
ejército fotónico

labios que mueven mi iris
no puedo
tampoco
dejar de ¿sabes? mirarla
será su jersey rojo de lana
¿sabes?
que se va ¿sabes? metiendo
en mi alma
de panadero

(un silencio)

de todo lo que no abarco, no
puedo
tampoco
¿sabes?
tener el derecho a cabrearme
porque me avisan
de una canción
en la que justificar
¿sabes? sus labios abriéndose
cerrándose ¡vamos! ¿sabes?
y le parece un poco fuerte
y le parece esto
y le parece lo otro
es que le pasa de todo
y no pasa nada
en el ordenador ¿sabes?
de esperma plastificado
que es una bonita imagen que hace ¿sabes?
reír y luego otra semana
y ¿sabes?
santander y luego bruselas
¿sabes? al amparo de
brillos
dani me llamó
que entran por la puerta,
claro, por dónde deben entrar
¿sabes? (ese era
mío)
al mismo tiempo que cae
su pañuelo (mentira)

No debo mentir
No debo completar la realidad
porque me da igual
y habla tan rápido
¿sabes? que no puedo
tampoco
seguirla

nos vamos o hacemos eso
(la otra
chica
es una sombra
eclipsada)
Y ya está.
¿estás triste?
—- creí que había un silencio
¡se llama estíbaliz!
Como si no significase nada
y anima a tomar algo
y no quiere
pues tienes que querer
¿sabes?
te va a venir bien
y le escribió una cosa
claro
escribe
también
dibuja (dibujos muy bonitos)
figuras de ninfas sentadas encima de un caracol
que es regalo de su padre
con el olor característico
de la huida
¿sabes?
(se empeña en ganar protagonismo)
está muerto
un crisantemo viste la estancia
y llora
con un réquiem
que suena con una llamada
a un móvil.

Una mano de cristal ahumado

una mano de cristal ahumado
se clavaba en su piel
se clavaba en su piel
como un cuchillo
y cortaba sus venas
sus venas desangradas llenas de piedras
un corazón que se rompe en cada palpitar
una mano que busca cremalleras
cigarros que se mueren sin libertad
sus labios
su silencio
un ramo de rosas robadas en una boda
todo es devenir
en la calle
donde sus cuerpos atados a su línea
dibujan una palabra imposible
eco del diablo
que grita pidiendo clemencia al hombre
que desoye
desoye y mira a otro lado
hummm
una lavandería que huele a pies
que pisan mi cerebro dividido
mil pedazos que no tienen forma de comunicarse
y se clava el olvido
en cada paso que doy
alejándome
viendo como sus lágrimas se unen al orín
para tintar de oscuro junturas de adoquines

tengo que recurperar
lo básico
el placer de las gotas de
agua cayendo en mi cara
el viento en mis brazos
alzados
el olor de su perfume
el calor de su piel
las palabras
simples
como granos de arroz
despreocupadas
por lograr un fin
sentido a mi vida
solo arroz
hirviendo
que conseguirá
fijar mi estómago
y también
si hay suerte
mi alma

Esto no es una broma