sus zapatos eran tan afilados
que por un momento pensé
si se los metería por el culo
—
pensé si los metería
en algún otro sitio
aparte de su armario.
reflexión:
lo primero que me salió fue soez, declaradamente soez y, si me apuras, también triste, pero es lo que me salió y me obliga a debatirme entre lo auténtico aunque no me guste (ni siquiera la palabra) o una estética intelectual que no acaba de interesarme por más que vea que obligarse a lo auténtico, a lo espontáneo, no es un acto auténtico ni espontáneo sino intelectual propuesta estética.
aún no lo he resuelto, pero ¿acaso se puede resolver?