Practicar la Virtud, en su infinidad de acepciones, es algo muy similar a la KarmaTerapia pero con un origen más occidental y que, debido a ello, está muy impregnada de las religiones que han influido en occidente.
Las tres religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islamismo, han hecho de la Virtud su herramienta de sanación básica. Ser bueno para conseguir lo bueno. No siempre en esta vida, lamentablemente, pero tampoco en este mundo. Es decir, que sólo aquellos que sean creyentes exitosos se beneficiarán de esta Terapia.
No obstante, si consideramos las acepciones más filosóficas de la VirtudTerapia, cabría decir que no es posible no hacerla salvo eligiendo mal y nos llevaría a debates que vienen desarrollándose en torno al libre albedrío desde hace varios siglos sin que se haya encontrado una respuesta cerrada y consensuada satisfactoria.
Esto hace que entre las distintas facciones, que defienden las maneras de alcanzar esta Virtud o practicarla, ha habido poco virtuosas y cruentas guerras de aniquilación de la especie humana, lo que podríamos considerar un insignificante efecto secundario si es que estamos dentro de la tendencia ganadora y una contraindicación si el sujeto paciente está o pertenece a la corriente perdedora de la confrontación bélica.
La Virtud a practicar ha de ser una de las siete siguientes: Fe, Esperanza y Caridad (las tres más religiosas) y Prudencia, Fortaleza, Justicia y Templanza (más laicas). Cualquiera de ellas tiene su posología independiente y sus efectos secundarios correspondientes, pero trataremos de resaltar los aspectos generales que sean comunes a la práctica de la Virtud, independientemente del tipo que sea.
Efectos secundarios: Practicar la Virtud como Terapia nos aparta del hecho de practicar la Virtud en sí, sin ninguna otra finalidad que la de nuestra salvación. Es decir, nos lleva a actuaciones que, en alguna medida, son egoístas por egocentristas.
Dosis: Las Virtudes religiosas sólo han de ser practicadas de acuerdo a las creencias específicas del sujeto. Estas no aplican si el paciente tiene una clara animadversión hacia lo que sea religioso y puede, incluso, provocar urticaria espiritual.
La posología recomendada de la Virtud laica, oscila entre un par de veces al día y cientos de veces, siempre y cuando se realicen con la única intención de sanarse.
La sobredosis o el abuso de la VirtudTerapia desemboca en fanatismos absurdos y violentos que exluyen cualquier otra Terapia, incluso, llegando a negarse a sí misma como tal, de manera que suele degenerar en graves infecciones sociales, lacras para la especie humana, desarrollo de discursos agresivos y holocaustos de diversos tipos.
Otras terapias con la letra V, podrían haber sido:
VinoTerapia (consumir Uva fermentada y procesada con sabiduria para logar ciertos fluidos deliciosos es la Terapia más recomendable para desarrollar el Olvido, cuando existen males demostrados en la Memoria. Tener en cuenta que su efecto no es prolongado y que conviene reforzarla con otras Terapias de efectos más permanentes), VidaTerapia (necesaria para la existencia. Practicar la Vida de manera activa. Contrastar con la NadaTerapia), VersosTerapia (sinónimo de la PoesíaTerapia), ValorTerapia (consistente en lanzarse al mundo a cambiar todo aquello que creamos que no es posible hasta lograr hacerlo posible. Podría también llamarse UtopíaTerapia, pero al realizarla dejaría de ser Utopía), VueloTerapia (intentar volar para alcanzar cimas más altas de las que se suelen poseer. Es muy recomendable para practicar con la mente y elevarla por encima de sus habituales senderos trillados) y otras Veinte o treinta más.