Un hombre atravesó el desierto

la plaza infinita se extendía hacia los lados
donde unos ríos vertían su flujo de miseria.
intentó atravesar la inmensidad.
reventó el caballo en sus rodillas
y tropezó
en el epitafio de su propia tumba
atado al carro del sol
sin más ayuda
que sus piernas
demasiado finitas, concretas.

la plaza infinita se extiende hacia los lados
y sigue definiendo el universo.

un hemisferio azul de luces rojas
vuela sin perdón

ConsumoTerapia

Como su propio nombre indica, Terapia relacionada con el Consumo, indiscriminado preferentemente, de cualquier elemento consumible.
Es muy recomendable ante depresiones, especialmente las que no tienen nada que ver con el dinero o lo necesario para adquirir bienes materiales. De este modo, se evita enfrentar el problema o la raíz del mismo, derivando su solución hacia el futuro, quizá en un momento en el que no se podría resolver y gestionando más eficazmente las energías vitales disponibles. Pero realmente, esta Terapia se trata más bien de un antisintomático que de una Terapia curativa en realidad, aunque no por ello, sus efectos paliativos, bien usados, pueden dar lugar a una mejoría superficial del paciente. Por tanto, para sujetos superficiales en cuanto a su forma de ser, esta mejora puede ser sustancial.

Proveyéndose de dinero o crédito garantizado por alguna entidad fiable, acudir a algún lugar público en el que saciarse de innecesarios productos adquiridos más por voracidad que por criterio racional, dejándose arrastrar por publicidad subliminal escondida en nuestro inconsciente (¿colectivo?) o por la inmediatez de anuncios comerciales en la calzada, ya sea a través de escaparates o por folletos proporcionados por algún conocido o desconocido.

Existen infinidad de productos consumibles, por lo que la ConsumoTerapia puede ser realizada sin parar en todo momento. Esta actitud conlleva el riesgo de la sobredosis que se comentará más adelante. La disparidad de oferta hace que su aplicación sea sumamente subjetiva y que adquiera, por tanto, dimensiones psicológicas individuales adaptándose a la manera de vivir de cada paciente que puede derivar su consumo hacia cosas tan dispares como la vestimenta, los complementos más o menos de moda, la joyería, el arte, el ocio, el deporte, la tecnología, la gastronomía, la ingesta incontrolada de bebida, como podría ser la puerta de entrada en la BebidaTerapia, la cosmética, la farmacología, la religión y otras mitologías. De este modo, se puede hablar de una Terapia sectorial que comprende los sectores de la ConsumoTerapia Textil, ConsumoTerapia Tecnológica, etc…

La cualidad sectorial de esta Terapia, mezclada con la componente psicológica, hacen de ella un tratamiento difícil y arduo de prescribir puesto que requieren de una empatía enorme entre el paciente y el terapeuta. No obstante, encontrada esa empatía, los efectos son inmediatos, si bien de escasa durabilidad, lo que conduce a otro de los riesgos de la Terapia que es la adición implícita de la misma.

Es interesante observar que cuando se consume Dinero o capital, esta Terapia cumple un requisito adicional que es la de sostenerse más tiempo, siempre y cuando las condiciones de robustez en el sistema de almacenamiento del objeto en cuestión sean lo suficientemente saludables.

Otro peculiar sector es la ConsumoTerapia Terapéutica, es decir, consumir Terapias (esta u otras) como forma de Terapia en sí. Esta característica hace de esta misma quizá la única Terapia Iterativa y Recursiva lo que, por supuesto, lleva irremediablemente a la dependencia con riesgos insalvables de sobredosis o, incluso, bancarrota económica y espiritual.

Dosificación: La ConsumoTerapia es muy adictiva y provoca fuertes necesidades de aumento de dosis, lo que suele degenerar en crisis de ansiedad ante la imposibilidad de vivir para satisfacer la dependencia. Conviene usarla con mucha precaución y preferiblemente de la mano de un buen profesional por cada sector que sepa encauzar las necesidades virtuales dentro de las reales. Consultar con un especialista en planificación económica a medio y largo plazo para no sucumbir a su abuso.

Ante sobredosis: romper con hábitos de Consumo convulsivo de manera inmediata y recurrir a otras terapias no basadas en la adquisición sino en la dádiva, como lo son la AbrazoTerapia y la BesoTerapia ya comentadas o dejarse invadir por la NadaTerapia que ya comentaremos.

Otras terapias con la letra C, podrían haber sido:
CulturaTerapia (curación mediante el empleo de la Cultural como objeto sanador, aunque bien es sabido que no tiene porqué serlo), la CañaTerapia (sinónimo de la BebidaTerapia, con un mayor componente social y alcohólico), la CueroTerapia (en sus dos versiones de ConsumoTerapia Texti y como Terapia Sexual sadomasoquista), la CurvaTerapia (con curvas de distintos tipos analizando los distintos sistemas humanos, pero que más que como Terapia curativa suele emplearse como diagnóstica), la CafeínaTerapia (para mantener más activo el cerebro) y otras Casuales….

A Malena

Un día me desperté
y allí estaba
como si yo no hubiese hecho nada,
ella no hubiese roto nunca un himen,
ambos no hubiésemos
amado
aquel destino por venir,
aquella mano pequeñita
que allí estaba
como si me mirase
aún, que no miraba
y me sentí nacer
con ella
que nacía
como si nada
como si todo
al mundo que ya, sin conocerla,
la quiere, se enamora
como yo como ella
y nuestras palabras se vierten
se divierten
se convierten
en un nombre eterno
de tristeza
de alegría
de vida y de futuro
junto a nuestra cama de estrellas
ha nacido un milagro
y ya puedo creer en Dios.

A Malena

Aún no has llegado y ya
me cuelgo de tu risa
que será su risa,
de tus ojos
que serán mis ojos
de tus labios
de cada uno de tus poros
en tus codos
en el eje de tu ser
que aún no es
y ya lo añoro.
Aún no has llegado y ya
vivo entre tus suspiros
entre tus dedos
al lado de tu llanto
bajo las angustias de tu cama,
en las alcantarillas del ático
que te alumbra
que te alumbrará
que te ha alumbrado.

Esto no es una broma