A Malena

Recuerdo a tu madre en la distancia,
al otro lado del mar
saliendo de sus clases de tango
mientras yo espero su llamada.
Mi móvil marca la hora española
y ella ha salido ya.
En un restaurante vietnamita
el tiempo se detiene,
papeles vuelan en la noche
y sé que nacerás.
Recuerdo con avidez futuro venidero,
amor en descendencia floreciendo en tus dientes,
tus apenas dos dientes
que ya perfilo y siento.
Pues aún no te conozco
y sé que serás encantadora
y me enamoraré de ti
tú de mí,
pero ella se reirá
de y con
nosotros
mientras los vientos de la noche
volarán en tu cama
conmigo
con ella
por tu tranquilo sueño
de adjetivos traspuestos,
a la luz de la luna
que por el cono del mundo
atraerá las palabras
para depositarlas
todas
en tu vestido rosa,
tu almohada de brillos
de luz y de luna
de esencia de mujer
con nombre de cereza
y tango arrabalero
para medir las fuerzas
con todo tu destino
hasta que me jubile
y deje de escribir
y deje de vomitar respirar existir abrazar
aclamar reclamar deglutir sollozar orinar
fornicar desollar adorar
o cualquier otro verbo
que no sea
morir.

Algo me separa de tu nombre

Tú me dices que millones hablan vietnamita
y yo lo sé
con la certeza de estar enamorado.

Me dices que no soy como otros
y yo lo sé
pero tú no estás enamorada.

Me dices que te escribo versos increíbles
y yo lo sé
porque no hay quien se los crea.

Me dices que me recordarás siempre
y yo lo sé
pero no sé, muy bien, de qué manera.

Me pides que yo nunca te olvide
y no lo haré
aunque sé que, jamás, aprenderé tu nombre.

Algo me separa de tu nombre

No soy capaz de integrarte en mi persona
y ser un uno completo indivisible
símbolo de frialdad, quiero matarte
negarte, y que desaparezcas,
que yo pueda volar,
pueda ser libre, por fin, en cuerpo y alma
saltando por encima de mí mismo
de ti mismo
al crepúsculo azul de porcelana
donde palabrastrellas cuecen ritmos

pero algo me separa de tu nombre
y no sé qué es.
Quizás, para saberlo, aún, te necesito.

Algo me separa de tu nombre

Voy andando por la calle
por el centro mismo de la vía
arteria ensangrentada de miseria
y veo en tus ojos el
olor a muerte de tu vida
pero no puedo romper nuestra barrera.

Romeo y Julieta con balaustradas subterráneas
no tengo el valor para abrazarte
contra todo pronóstico de miedos
saltar el acantilado de la acera
tumbarme a tu lado y sonreírte
conseguirte la droga que requieras
para hundirme, con ella, entre tus venas.

Esto no es una broma