El humo

Tengo sobre mi cabeza
el humo de la ciudad
el humo del tabaco
de los coches
de las calefacciones
de toda la industria
del progreso.

Tengo sobre mi cabeza
la responsabilidad de vivir mejor
pero no es yéndome a otro lugar
ni cambiando el lugar
sino cambiando-me.

Tengo sobre mi cabeza
mi modo de vida
mi manera de vivir, que es lo mismo y no es lo mismo
eligiendo
decidiendo
consciente
responsable
libre
coherente.

Tengo sobre mi cabeza
la idea de que la vida no es su duración
sino su intensidad
que vivir es apostar por una forma y un contenido
como en un poema
porque sin poesía
no tiene sentido la vida
por más humo que pueda
evitar
en mis pulmones.

Tengo sobre mi cabeza
una mano que acericia mi pelo
que acaricia mi mente
que acaricia mi alma
que abraza
que ama.

Tengo sobre mi cabeza
una nube de polvo
pero soy polvo
y en polvo me convertiré
porque mónada soy pulverizada
y no hay modo mejor de estar que tan disperso como un billón de partículas subatómicas disueltas en un magma de silencio del que broten palabras del que broten amores del que broten deseos del que broten intenciones del que broten acciones del que broten otros magmas conteniendo partículas subatómicas disueltas en silencio.

Esto no es una broma