Organizar 3 personas
para hacer una comida para
20 personas
necesita una asamblea
o 2
porque no se acaban de poner de
acuerdo
en torno a quién toma decisiones
o quién toma carne
o quién toma pescado
o quién toma verdura
o quién toma coca-cola
o quién toma cerveza
o quién toma las riendas
si es que hay que tomar las riendas
pero ayuda
ayuda un poco organizarse
y una de las más simples organizaciones es la vertical
aunque de la que se presume últimamente es la horizontal
o transversal
aunque transversal signifique
que exista una estructura sobre la que cruzarse
más o menos perpendicularmente
pero lo más espeluznante es que un acto de amor
se convierta en un esfuerzo.
Mes: mayo 2011
Antisistemas
Nosotros no somos antisistema, el sistema es antinosotros
En un comentario a una noticia sobre la acampada en Sol me he encontrado esta frase que lo resume perfectamente. Era hora de defenderse, no ya de luchar, sino de protegerse. Cuando vemos caer a plomo todo lo que socialmente se ha ido consiguiendo a lo largo de más de 160 años de reivindicaciones de trabajadores, de ciudadanos, de personas que han deseado un mundo mejor, más justo, más equitativo, más solidario, haciéndose eco de la gran revolución, la importante entre todas las revoluciones: La Revolución Francesa y su viejo lema de Igualdad, Libertad y Fraternidad.
Buscando en Internet el origen de este lema me he encontrado con lo siguiente en Wikipedia:
Durante la ocupación alemana de Francia durante la II Guerra Mundial, el Gobierno de Vichy lo sustituyó por la frase Travail, famille, patrie (Trabajo, familia, patria), para ilustrar el nuevo rumbo del gobierno.
Pero mucho más detallado en un blog titulado Diario de Guerra:
Trabajo, Familia y Patria – 15/09/1940.
Camaradas,
El Mariscal Philippe Pétain ha asentado las bases de la nueva Francia con la publicación hoy en la revista Deux Mondes (Dos Mundos) de su artículo “La Política Social del Futuro” en el que ha repudiado públicamente el decadente lema Liberté, Égalité, Fraternité (Libertad, Igualdad, Fraternidad) y lo ha reemplazado por el de Travail, Famille, Patrie (Trabajo, Familia, Patria).
Es tremendo cómo ese lema fue un emb-lema de las aspiraciones de los ciudadanos que aspiraban a serlo desde 1789. Y cómo cada cierto tiempo se censuraba, se consideraba subversivo o revolucionario. Lo que me parece más tremendo es que siga siéndolo. Aún hoy, o quizá hoy más que nunca, ese lema serviría perfectamente en las manifestaciones que se están produciendo en España. Lo que ocurre es que habría que matizar quién es ahora el tercer estado y quienes son los nobles, pero lo que resulta evidente es que hay una clase social que parece estar por encima de las obligaciones a las que nos sometemos los plebeyos.
Es momento de denunciarlo, aunque sea creando un nuevo encierro en un Juego de Pelota que puede ser una plaza de Sol en el centro de Madrid.
Hace años hice una acción, casi para mí solo, sobre el Km0. Ahora me veo en la tesitura de no encontrarme bien de salud como para acudir a lo que considero la mejor manifestación que he podido vivir. Una manifestación que, ingenua, reclama la vuelta de la ideología, el dejar de ser considerados recursos humanos, consumidores, clientes, para ser considerados ciudadanos. Con la responsabilidad que eso implica, con el esfuerzo que supondrá de acción y reflexión. Se acabará con la pasividad y la inacción. Es preciso formar parte de este nuevo presente. Creer en ello lo hará existir.
Y ahora… ¿por qué?
Es evidente que influirá en las elecciones. A nadie se le escapa eso, pero es que lo razonable en los ciudadanos en un sistema democrático es que deseen influir en las elecciones. Esto es participar, no sólo introducir un papel en una urna. Esto es democracia participativa, por fin, vista en algún lugar.
Sorprende ver la capacidad de organización que demuestran tener, generando en pocos días una estructura de comisiones y subcomisiones encargadas de lo más pragmático y de lo más utópico, pero autogestionados, sin financiación de una entidad financiera ni un grupo de poder mediático. Está claro que otro mundo es posible y esto es una demostración de la que les gusta a los escépticos: el movimiento se demuestra andando.
Y yo no me atrevo a ir.
No me atrevo a tener que correr en un momento dado y que mi maldita fisura anal resurja. No sé cómo participar pero es el momento. Este es uno de esos momentos que, si los pasivos actuamos, convertiremos en Histórico. Puede ser un gran momento en el futuro, puede ser lo que andamos necesitando: confianza en la gente, en nosotros mismos, en que los humanos tienen verdaderamente el poder en sus manos y no en las de otros. Y esto exigirá compromiso, dedicación, acción, presencia, pero reportará un mundo nuevo, en el que el lema revolucionario deje de ser revolucionario para ser definitorio del sistema.
Entonces, en ese posible entonces, no habrá necesidad de ser antisistema, porque el sistema no estará luchando contra nosotros.
Ya he votado
Creía que habría más
gente
pero estaba yo
solo
delante de la funcionaria
de correos
que se congratulaba de que no hubiera
nadie
no sé si se congratulaba de que no hubiera
nadie votando
o simplemente
de no trabajar.
Así que voté.
No sé si servirá para algo
pero voté.
Quizá me acostumbre a votar de esta manera.
Hoy voto por correo
Es cómodo y barato. Me hace sentir bien y como con la conciencia tranquila, pensando, además que quizá cambie alguna pequeña cosa en el futuro si todo el mundo lo hiciera. (Sobre lo poco que creo que se puede cambiar desde el gobierno político de una nación hipervinculada e hiperdependiente de decisiones exteriores o interiores pero más procedentes del ámbito económico que político, mejor no hablo en esta ocasión).
Este año me parece especialmente complicado votar porque lo más probable es que, llevado de la mano de la indignación que genera la mala gestión de la crisis, me dejase inducir por la idea de que cualquier cambio es mejor que estar como estamos. Pero no cualquier cambio. Sí que creo que conviene el cambio, pero no cualquiera.
Leyendo un buen artículo sobre La diferencia entre abstenerse, votar en blanco y no votarles me he sentido claramente identificado, en tanto que llevo un tiempo afirmando que uno de los peores males que tenemos en este país es el fuerte bipartidismo derivado, entre otras cosas, de una ley de representación electoral de dudosa efectividad, salvo para los que están en el gobierno y en la oposición.
Este año se están produciendo fuertes cambios en la forma de hacer política, no por los partidos políticos, sino por otro tipo de asociaciones que, gracias a la concreción de propuestas realizadas a través de Internet (la famosa Red 2.0 parece que empieza a tomar cuerpo), han llegado a movilizar a la población, como en el reciente Movimiento 15-M y su toma de la puerta del sol. Me habría gustado participar, sentirme fuerte como para acudir a la manifestación, no creo que lo suficiente como para acampar, pero sí para apoyar día a día a quien lo haga.
Miro con resquemor los movimientos que se han producido, dicen, por estas vías en los países del norte de África, sintiendo que no conocemos lo suficiente ni de su evolución ni de su verdadera gestación. No creo que realmente fuesen movimientos espontáneos, pero no sé en realidad qué los motivó, quién los necesitaba. Mi intuición me dice que tienen que ver con una guerra entre los intereses Chinos y los Occidentales en la esquilmada tierra africana, pero mi pobre intuición no me da detalles.
En cuanto a Islandia, país que siempre me ha atraído singularmente, querría saber más y de primera mano cómo se están desarrollando los acontecimientos allí, pero lo que parece evidente es que también en este caso, la forma de hacer política es distinta a la que llevamos contemplando desde hace más de 50 años. Recuerda a revoluciones más o menos aguerridas, pero habría que verlo y vivirlo allí.
Eso sí, no queda ya duda de que algo se está moviendo. El mundo occidental necesita un cambio, necesita una adaptación a una situación en la que los modelos (políticos, económicos y, posiblemente, sociales) han de ser puestos en cuestión, reformulados, reinventados.
Dependerá de nuestra participación (la mía y la tuya) cómo serán los nuevos modelos. Nos lo estamos jugando todo en estos días… no de votación, sino de participación.
Me voy a votar.
Densidad
Está claro que alguien ha descubierto la densidad. Es más, incluso han descubierto que el peso no tiene nada que ver con el reparto de la masa en un cuerpo de dimensiones variables. Empieza una nueva carrera de publicidad para vender servicios y productos adelgazantes, porque de lo que se trata es de adelgazar… no, matizo: se trata de estar guapo… no, matizo: se trata de gustar… no, matizo: se trata de creer que se gusta a los demás… no, matizo: se trata de lograr el éxito… aunque ese éxito sea engañoso, superficial, externo, infantil.
Obviamente esa doctora de ojos tan azules como los fremen de Dune, nos mira dándonos su teléfono, cuando no será ella quien nos atienda, ni al teléfono ni en persona. Al lado, un sugerente pareo nos deja imaginar ese oscuro objeto de deseo. Así que deseamos ir a esa clínica de blancos y azules, casi como una convención del partido demócrata estadounidense, casi como una inferfaz de red social. Todo muy limpio y aséptico, quirúrjicamente probado.
Yo siempre he dicho que no me peso desde que tenía catorce años. No sé si es cierto o una exageración, lo que es verdad es que me importa muy poco mi peso. Depende, entre otras cosas, de la distancia al centro de la Tierra, de la masa de la misma y de factores que poco o nada puedo controlar. Si hubiese un medidor de masa podría ser otra cosa, pero habría otros factores a tener en cuenta y sobre los que no quiero incidir como son la composición química de la materia que me compone, ese puñado de átomos que se unen en moléculas y macromoléculas llamadas células que, aglutinadas en tejidos, van conformándome hasta darme una silueta más o menes reconocible como mi cuerpo.
Me preocupa mi vida, vivir feliz, vivir siempre observando la pregunta de si hacerlo merece o no la pena. Lo demás, si peso más o menos, si, a la altura de mi barriguita, mi perfil tiene más o menos centímetros de perímetro, si mis glúteos están a una determinada altura del suelo o a otra, me importa un pito, como diría Oliverio.
Por cierto, la relación entre la masa y el volumen que ocupa esa forma, ese cuerpo, se llama densidad:
densidad. (Del lat. densitas, -atis). 1. f. Cualidad de denso. 2. f. Fís. Magnitud que expresa la relación entre la masa y el volumen de un cuerpo. Su unidad en el Sistema Internacional es el kilogramo por metro cúbico (kg/m3). 3. f. Fotogr. En una emulsión fotográfica, ennegrecimiento de la imagen, proporcional a la cantidad de luz a la que esta ha sido expuesta. 4. f. Inform. Número de bites que puede registrarse en un sistema de almacenamiento de memoria. ~ de población. 1. f. Número de individuos de la misma especie que viven por unidad de superficie. ~ óptica. 1. f. Fís. Grado de absorción de la luz por un medio transparente.
No creo que trate de esto esta publicidad, sino de la redistribución de la masa en el espacio, siguiendo un patrón más o menos acordado como armónico o bello. Y digo más o menos porque no está claro que esa belleza sea la Belleza deseable. Siempre me gustará más una sonrisa que una cadera. Sé que no me creerá casi nadie, sé que puedo volver la cabeza ante una mujer de curvas atractivas, pero sé que si no hay una sonrisa en su cara, si no hay una mirada cómplice, si no hay una persona detrás de esa figura, no me atraerá más que una figurita de Lladró.
Y, como con las figuritas de Lladró, me darán unas ganas terribles de destrozarla.
Pero, antes de que se sospeche de mi implicación en la muerte de alguna damisela más o menos sexy, añadiré que esto es solo un deseo fantasioso, no un deseo real.
¿Para cuando una clínica que ayude a estar bien con uno mismo o con una misma tal cual se es? ¿Es quizá un problema el hecho de que esto es más difícil de vender? ¿Es algo que han incorporado en su portfolio los psicólogos o terepeutas en su discurso de autoaceptación? ¿Debe haber mercado para todos los negocios? ¿Puede la publicidad utilizar cualquier medio para lograr su fin?
Creo que, en lo que concerniente a esta última pregunta, la respuesta debería ser un claro no.
Pero también creo que las personas deben aprender a responsabilizarse ante los estímulos publicitarios, protegiéndose de prácticas agresivas y manipuladoras, pero no sólo ante la publicidad, sino ante todos esos intentos de manipulación, de influencia más allá de lo razonable que nuestro entorno genera. ¿Cuál es el límite? Cada cual debe poner el suyo, pero debe enseñarse a poner esos límites. Debe abrirse un debate acerca del hecho de que cada cual puede (pero debe) regular cuánto y cómo se deja manipular, cada cual puede (y debe) ser consciente del intento de manipulación por parte de ese entorno y los medios que se poseen para mantenerse parcialmente independiente, con un criterio propio, formado dentro de una sociedad, claro, pero al mismo tiempo individual, autoconsciente, responsable y adulto.
Señoras y señores, les llamo a que piensen cuando miren, dejen de ser borregos, con esa mirada prematadero que presentan constantemente los bovinos, les conmino a responsabilizarse de sus actos, a autoanalizar sus decisiones, a saber los límites individuales que lo delimitan como persona, a conocerse, a reconocerse. No puede pasar más tiempo, el mundo entero está necesitando este cambio de actitud, en política, en sociedad y conciencia social, en relación de pareja o interpersonal varia, en mercado laboral, en economía, en cualquier actividad humana, en general y en particular para cada uno y cada una de nosotros y nosotras.
¡Basta ya! ¡Te toca ser persona!
Cirujano de palabras
Me gustaría poder encontrar siempre la palabra justa, aquella que con total nitidez defina o acote un concepto, un objeto, un atributo. Es casi una obsesión permanente (aunque todas las obsesiones lo son, ¿no?) esto de buscar en mi cerebro, en el diccionario que tengo a mano, la palabra, esa palabra, esa exacta palabra.
En ocasiones, especialmente cuando imparto teoría durante uno de mis talleres de escritura o creatividad, me paralizo durante el discurso, la presentación, para buscarla, para hallar esa palabra. Cuando discuto, cuando descalifico, procuro ser preciso como un bisturí en las manos de un buen cirujano.
Y no decir palabras como buen, cuando lo que quiero decir es más preciso, más ajustado. Docto o experto o … y estoy tentado de buscar sinónimos hasta encontrarla, hasta dar con esa palabra, con la palabra exacta.
Hoy, sin ir más lejos, mientras mi amada me hablaba de los atípicos comentarios de una de sus más viejas amigas, le he dicho de ella, sin más, que era muy decimonónica. Sí. Di exactamente con lo que quería decir con una sola palabra, con una palabra que no es peyorativa o despectiva, que no es tampoco crítica o malintencionada, sino, simple y llanamente, lo más ajustado a lo que quería decir.
No me gustan las metáforas para las explicaciones. Procuro huir de las metáforas hacia el realismo más aséptico, aunque huir es una metáfora para decir dejar de usar. También, gracias a ello, reducir hasta el mínimo la necesidad de palabras en un intento permanente de sintetizar.
Así, por ejemplo, me horroriza la costumbre de utilizar palabras perfectamente definidas en el contexto de la ciencia para referirse a conceptos más, digamos, espirituales, como la palabra energía, que es de esas que la new age ha decidido convertir en bandera. (Aunque esto es otra metáfora).
Cuando alguna vez me han hablado de las posibilidades constructoras del idioma alemán, reconozco que he tenido la tentación de plantearme su aprendizaje, por ello y por poder leer a Nietzsche en su propio idioma, aquel en el que basa parte de su pensamiento.
En contra y desde el punto de vista de la poesía más convencional, el idioma chino presenta una interminable capacidad de creación de nuevos conceptos (significados) a partir de palabras preexistentes como mediante la combinación de caracteres o ideogramas que es la base de la escritura china. He de reconocer que esa forma de explicar, esa forma poética de capturar lo incapturable tiene también su aliciente, aunque sea más impreciso, más sugerente que definitorio, pero quizá por ello más apto para afrontar la necesidad de expresión de lo que quizá no tenga un significado preciso capturable.
Entre esos dos mundos, entre esas dos aproximaciones, deambulo como péndulo de izquierda a derecha… sin tener en cuenta las fuerzas de Coriolis.
Entre lenguaje metafórico y científico, se encuentra la realidad.
Mi hermana
He de reconocer que he tenido una relación con mi hermana algo basada en el resentimiento. He estado resentido con ella durante años porque en la infancia y adolescencia no solo no sentí apoyo por su parte, sino que sentí que era mi enemigo natural. Desee su muerte varias veces, pero parece que el destino tenía reservado otro futuro.
Después de que naciese mi sobrino, mi querido David, ella pasó a ser, hace más de 13 años, la madre de mi sobrino y, desde ahí, poco a poco, fui intentando olvidar lo malo y reconstruir una relación inexistente en el mejor de los casos. Con el paso del tiempo me doy cuenta de que ahora ya es más cercana, es la hija de mis padres, con los que también me he encontrado (con el paso del tiempo) en un lugar afectivo, familiar, pero elegido, al menos, por mi parte.
Un día me dijo que no escribía nada sobre ella y la verdad es que pensé que era preferible no hacerlo porque no creía tener nada bueno que decir de ella. Pero me va sorprendiendo con los acontecimientos y con su generosidad, su entrega, su sentido del humor, va logrando lo que siempre conseguía con otros que le perdonaban su histerismo, va logrando ganarse mi afecto, mi cariño, casi como si tuviésemos un relación directa. Algún día puede que llegue a ser mi hermana.
Ahora y cada vez más está pasando a ocupar el lugar central de mi familia sanguínea, mis padres se apoyan en ella porque siempre está dispuesta a ayudar, siempre está para lo que necesiten, no como yo que siento que estoy borrado en una distancia que sé que es sana para ambos pero bastante cómoda para mí. Mantengo las distancias de colmenar a madrid como les dije una vez: jamás viviría en Colmenar Viejo mientras viváis allí. No es nada personal… y lo es completamente. Se trata de que opino que padres y otros seres de la misma especie deben estar a la distancia que exija un golpe de voluntad para encontrarse. Lo siento así y me congratula que nos vamos encontrando. No por casualidad les dediqué el proyecto más ambicioso sobre el que he trabajado hasta ahora en mi vida: Lejanías.
¿Llegará el día en que le dedique a mi hermana un texto, un relatillo, un poemita?
Seguro que sí, pero de momento, vaya para ella este cordial pensamiento.
Hay que matarlos o algo peor
La ira es muy mala consejera. Cuando se instala en las instituciones es tremenda y conduce a dictaduras más o menos salvajes. Cuando se instala en la gente, en la sociedad, se obtiene un grado de violencia en el ambiente que hace que la convivencia sea siempre agresiva.
Ayer una persona a la que admiro desde el punto de vista artístico se vanagloriaba de haber participado en una cacerolada que había terminado por impedir que los candidatos del partido popular pudieran celebrar un mitin en Lavapiés. Se alegraba del hecho de que había sido necesaria la intervención de la policía para que los desalojasen de allí, a los señores del PP, más o menos indeseables.
Lo puso en su muro de facebook como algo de lo que sentirse orgullosa y muchos incluso la felicitaron por ello, se congratularon y yo no quise (llámame cobarde) entrar en la polémica (sería el único polemizando) diciendo que no me parecía correcto ese comportamiento.
Que no simpatizo con el PP es algo que no creo que tenga que demostrar, pero que no me gusta evitar su discurso con la violencia no creo que sea algo que tenga que defender. Debería ser evidente que la violencia no fomenta el debate, el sano ejercicio de escuchar, discernir, criticar y, finalmente, elegir la opción más deseable para cada uno. Es un cierto relativismo moral, claro, pero es inherente al buen funcionamiento de la democracia.
Si no hay relativismo moral, si una de las opciones es correcta y las otras incorrectas, si una es buena de manera absoluta, la democracia es un error. Se trataría de llevar a cabo un trabajo dialéctico-lógico que dedujese cuál es la única elección correcta y terminar con el asunto.
Soy demócrata incluso para creer que puede estar equivocada la mayoría, pero ese error está en su capacidad para ser libres, para decidir, incluso aunque me parezca que se equivocan, pero arrogarme la sensación de que yo no puedo ser quien está equivocado me parece tan peligroso como que otros se equivoquen.
Libertad, libertad, sin ira hay libertad…
rezaba una canción de mi juventud de Jarcha que adoré durante décadas. Aún la escucho, ahora gracias a Spotify, de momento. Y es que es así de cierto: es preciso dejar de lado la ira para permitir el libre ejercicio de los derechos de los demás, por más que creamos que no hacen lo correcto. Sin ira será posible la libertad, pero la ira se ha ido instalando en la sociedad ayudada por los discursos patéticos de los partidos políticos actuales que saben que la ira es más vistosa que el discurso, saben que tienen que ser espectaculares y no únicamente coherentes o éticos.
Su única ambición (y puede que incluso siendo bienpensado sea de buena fe) es alcanzar el poder y para ello, en este mundo mediatizado en el que nos toca vivir, es preciso ser escandaloso, ruidoso, mucho más que los demás, hacer más y más ruido, gritar más alto… pero esto no es política (al menos no ideológica) y cuando la oposición a uno de los partidos que más hace esto lo hace también, siento que se ha entrado al trapo de la demagogia, de la violencia barata y callejera, de las verduleras, de la que hace el PP.
Ahora hay un terremoto en Lorca y todos van a fotografiarse en la zona. Y tienen la desfachatez de decir que han suspendido los actos de campaña. Pero ¿a quién pretenden mentir? Todo lo que hace un político es buscando electorado. Incluso cuando dicen que han dejado de buscar electores. Es su trabajo y entiendo que lo hagan, pero no nos insulten diciendo que no lo hacen. No nos mientan.
Ah, se me olvidaba, es preciso mentir para que salga un discurso creíble.
No se trata de conseguir un discurso cierto, sino verosimil.
Es como en cine, el maquillaje se utiliza para lograr un efecto de naturalidad que no se tendría con la naturalidad de la piel sin maquillar (error que cometen los fundamentalistas de cine europeo con frecuencia).
Resumiendo: me habría gustado que a esos mitineros del PP les hubieran, simple y sencillamente, ignorado hasta el punto de que hubiesen sabido que lo que dicen no convence, que lo que pretenden no interesa, que no serán votados. No me ha gustado que a esos mitineros demagogos se les haya tratado con la demagogia del ruido.
Ruido x Ruido = Ruido al cuadrado.
Pego la letra de la canción para que quede aquí, por si alguien en Internet… mientras se pueda, la busca y quiere tenerla.
Libertad sin ira
Dicen los viejos que en este país
hubo una guerra,
que hay dos Españas que guardan aún
el rencor de viejas deudas;dicen los viejos que este país necesita
palo largo y mano dura
para evitar lo peor.Pero yo sólo he visto gente
que sufre y calla, dolor y miedo,
gente que sólo desea
su pan, su hembra y la fiesta en paz.Libertad, libertad
sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad,
sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.Dicen los viejos que hacemos
lo que nos da la gana;
y no es posible que así pueda haber
gobierno que gobierne nada;dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta,
que todos aquí llevamos
la violencia a flor de piel.Pero yo sólo he visto gente
muy obediente, hasta en la cama
gente que tan sólo pide
vivir su vida, sin más mentiras y en paz…Libertad, libertad
sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad,
sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.
Facebook y las etiquetas
¿Por qué la gente tiene tanta necesidad de etiquetarte en fotografías en las que no apareces, en notas en las que no estás, en vídeos que no tienen nada que ver contigo?
Sé que es una forma simple de que FaceBook te notifique que esa foto, esa nota, ese vídeo debes verlo porque tiene algo que ver contigo, aunque no sea cierto. Pero FaceBook no es el responsable de esto, es sólo un irresponsable de la irresponsabilidad de los demás, de sus usuarios, en un intento de conseguir que negativo por negativo dé un resultado positivo (I x I = R). Pero no funciona así.
Irresponsabilidad + Irresponsabilidad = 2 x Irresponsabilidad.
Me cansa tener que desetiquetarme. Verbo que, no existiendo, representa una de las primeras acciones de cada día lleva a cabo este sujeto presente: Me desetiqueto de fotos absurdas o convocatorias a eventos, cursos, etc, que sus autores deciden obligarme a ver. Claro, puedo decir que tengo la libertad de borrarme de FaceBook. Así que no les voy a acusar de spam ni nada parecido, pero les pediría un poco de sentido común: si no estoy en una foto, no estoy en esa foto. Es simple, es tautológico.
En lógica, una tautología (del griego ??????????, «decir lo mismo») es una fórmula bien formada de un sistema de lógica proposicional que resulta verdadera para cualquier interpretación
Pero pedir esto en FaceBook resulta hostil, resulta agresivo, así que acepto que sigan haciéndolo para poder seguir haciendo uso de esa herramienta tan poco útil (de momento (seguir y útil)). ¿Por qué la gente tiene tanta pereza a la hora de usar algo como esto? (Respondiendo a una segunda persona) Lo razonable sería (y FB tiene habilitada esa forma) que una foto que quieras que vea me invites a verla compartiéndola en tu muro, en mi muro, por un mensaje… que a un evento me invites a asistir con las herramientas que tiene la creación de eventos, etc. Es decir, usar FB con sentido común… aunque cabe preguntarse que, ¿si tuviésemos más sentido común, usaríamos FaceBook?
al alba
la gasa blanca
atraganta la raja
cada mañana