Especifico que tengo
un corazón
un hígado
un bazo
y otros órganos internos que nunca
he visto
pero que sé que están.
Especifico que tengo
mil y un amigo
y más de mil y una
amigas.
Soy afortunado y elijo siempre aquello
que me hace más afortunado.
Cada día soy más feliz
a pesar de los pesares
que es como
el cantar de los cantares
algo casi bíblico
para recordar
que nuestras vidas
tienen sentido objetual y conceptualmente hablando.
Cada día soy más y mejor.
Cada día estoy, también, más lejos de mi nacimiento
y algunos verán con ello que más cerca de mi muerte
pero no es correcto:
no voy a morir nunca,
salvo si me suicido
o dejo de vivir.
Tengo un alma inmortal
que vendí por 25 pesetas
para pagarme una partida de futbolín.
No puede escapar de mí
por que ya no la tengo.