Cada día quiero dedicar un ratito a escribir
en este diario
atípico
y
me
he encontrado con
que por poco no llego a escribirlo por
haber estado todo el día con mi amiga Aída
B.
Con quien he tenido el gustazo de disfrutar
de una excursión magnífica
con la excusa de un curso monográfico
en el que intentar ayudar a desarrollar la creatividad
que voy a hacer en Castrejón Alto.
Parece ser que es una finca del antiguo conde de Floridablanca
del que tendré que aprender algo más antes del curso.
Es difícil hacer un curso sobre algo como
el desarrollo
de la creatividad.
Algo que ocurre en el cerebro
que no se ve
que no se nota mucho
que se siente pero no se aprecia…
es algo extraño
extravagante
casi esnob
pero sé que tengo mucho que aportar en este campo
en el que he pensado mucho y muy bien
aunque me esté mal el decirlo
y he leído textos que pueden
aportar herramientas
invisibles
inodoras
insípidas
inútiles o de una utilidad muy cuestionable
que
bajo ningún concepto
pueden venderse como terapeúticas
aunque algunos como el Jodoroski
lo intenten para arreglar un mundo
que necesita ser arreglado
tanto
tanto
tanto
que es fácil engañar a la población
vendiéndoles
lociones de laspur lotion.
Creo que yo no lo hago
pero nunca estoy seguro de lo que hago.
Ahora
tampoco.