Desconexión

Cuando un artículo como este sobre la caída en desgracia de una actriz norteamericana pasa a ser el más leído de uno de los periódicos de más trascendencia político-social en España es que algo va mal.

Es decir, tenemos muchos temas de los que estar al tanto y elegimos este como principal… quizá estamos hartos de las noticias, de que no pasen de ser informaciones que no transforman nada la sociedad ni la política. Quizá llega el momento de dejar de leer y actuar, pero es un momento delicado en el que elegir el camino correcto o no hacerlo ya no es cuestión de palabras que, según dicen, se las lleva el viento, sino de acciones que, en muchas ocasiones, resultarán molestas y hasta violentas.

Hay que decir que vivimos tiempos violentos en los que se están violentando nuestros derechos civiles, ciudadanos, laborales, sociales, con la excusa de la crisis por bandera y que, ante esta violencia instituicionalizada y aparentemente tolerada, se están empezando a levantar aires de revolución, con lo que de violencia explícita esta tiene.

¿Es razonable «atentar» con spray rojo contra los representantes electos a la entrada o salida de sus lugares de trabajo? Seguramente respondería no la mayoría de las veces, pero cuando se está reaccionando a medidas poco o nada razonables que están siendo tomadas por estos contra los electores, repito, con la excusa de la crisis, es que se ha entrado en una dialéctica en la que la razón no impera. Allá donde no hay razón, la violencia se impone.

O volvemos a cauces razonables o vamos camino de enfrentamientos violentos allá dónde miremos. Y cada vez más entre nuestros amigos, en nuestro propio entorno, nos encontraremos con enemistades acérrimas más viscerales que dialécticas, más instintivas que racionales. Y habrá comenzado la guerra.

Le tengo miedo al futuro
. Quizá es que mi malestar físico no ayuda a ser optimista o quizá es que no veo que de la violencia y su tentación terapeútica se salve nadie. Una vez que se empieza a abofetear para defender un argumento, hay pocas ocasiones de volver atrás.

El 15M se está comenzando a radicalizar y es (o era) inevitable, puesto que las palabras son demasiado lentas para la mayoría de la gente. Necesitamos ver (rápido) resultados. La violencia es más sencilla, más atractiva y más vistosa. Me temo que el camino será este… también porque por otros lados la rapidez del desmantelamiento del estado de bienestar social que habíamos adquirido a lo largo de un siglo está siendo devastadora y parece exigir respuestas contundentes y rápidas…

Y yo escribiendo….
despacio
despacio
espacio
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Esto no es una broma