Está claro que para poder ser libertario, espíritu libre o como se desee expresar, es preciso un esfuerzo que nos permita (digo nos, porque me incluyo) salir de la corriente que atrapa, arrastra, vincula, ata a una forma de pensamiento, palabra y obra no libre en el sentido de autoescogida.
Obvio que la libertad es cultural e hija de su tiempo, de sus circunstancia y de su posibilidad de elección basada en las alternativas conocidas.
Pero el esfuerzo principal está en saber que hay alternativas distintas a las que conocemos. Esto es expandir nuestro universo de libertad, por llamarlo de algún modo.
Ayer me peleé durante horas con un programa de edición de vídeo llamado openshot de código abierto (software libre) que podía haber obviado y tirar por el camino más cómodo de usar el famoso Windows Movie Maker (que en sus últimas versiones tiene más que de sobra para lo que quería) pero preferí usar mi ubuntu, como siempre, con su software.
Es un programa sencillo y eficaz y, una vez que le pillas el truquito, hasta es mucho mejor que el del sistema de pago (no olvidemos que habría que pagar, sí, por usar el MS Windows). Pero me costó lo mío. Varias horas de aprendizaje para saber cómo salir de la corriente. Y solo para una cosita de nada.
Si tenemos en cuenta que hay que ir saliéndose de la corriente, poderosa y caudalosa, constantemente, a cada pequeña actividad que llevamos a cabo, nos hacemos a la idea de la ingente labor que es esta de mantenerse alternativo, no por ser más cool, sino por abrir posibilidades, puertas, ventanas (no windows), a la libertad, a la propia y a la de otros; fomentar, de este modo, una sociedad más libre y plural.
Es un esfuerzo que, de ahí el título, seguramente hizo Leonardo en sus búsquedas de otros mundos posibles, de formación continua para poder ser autoelector de sus alternativas, en resumen, ser más libre que sus contemporáneos.
Leonardo di ser Piero da Vinci fue un pintor italiano nativo de Florencia. Notable polímata (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 1452 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años.
Pero el mundo es más y más complejo y mantener esa in-especialización es casi insostenible o, incluso, absurda, aunque al mismo tiempo más necesaria que nunca: ¿Cómo resolver esta paradoja?