Parece mentira que aún se atrevan a decir cosas como esta y que se expongan a estar en este tipo de confrontaciones.
Por favor, señores de la iglesia católica, olviden sus trasnochados victorianos y reprimidos juicios de valor y valoren o juzguen a los propios, a esas vigas en ojo doloroso y dolorido… y nunca bien cicatrizado por la falta de intención. Por favor, señores de la iglesia católica, ¡bórrenme de entre los suyos!
Tengo que apostatar con urgencia.