tres de tres

17:30
salgo de casa
voy a dar una clase a una tal anita
de química
preparatoria para la selectividad
una clase privada que habíamos concertado
el día 14
hace
ayer
6 días
y recuerdo pedirle que me avisara
si había algún cambio de plan o anulación
sin necesidad de explicaciones
pero sí agradeciendo
que me tuviese en cuenta

18:00
su portero automático no responde
su teléfono está apagado o fuera de cobertura en este momento
quince minutos después
decido
irme

19:30
llego a El Manantial para juguetear a poeta
que coordina poetas
creando poesía
pero no viene nadie

20:00
me habían avisado casi todos
pero aún había posibilidad de que los que no hubiesen avisado
se presentasen
sin avisar
o no se presentasen
sin avisar
y no se presentaron
sin avisar
salvo un email enviado una hora antes
con buena intención

20:45
a punto de llorar
sintiéndome una auténtica mierda
un insignificante épsilon
de esos que nunca quise despreciar
(por algo)
esperaba a un exalumno
y busqué una forma de confirmar
su asistencia
llamándole
a un teléfono que está apagado o fuera de cobertura en este momento
o enviándole un SMS que no parecía llegar a su destino
y
finalmente
desde mi móvil
enviándole un email solicitándole una verificación
pero
unos minutos después
mientras esperaba bajo el manto de frío de la ciudad
con lágrimas en la garganta
me llegó un escueto mensaje
desde otro número de teléfono
diciéndome que no podía venir porque el trabajo le había retenido más de lo esperado
y que lo sentía
y yo contesté
ok
con un cierto deje de tristeza
mientras me encaminaba de regreso a casa
después de tres intentos fallidos de encontrarme con gente
que tuvieron serios motivos para ignorar
que habían quedado conmigo

me fui a dormir sintiendo
que no valgo una mierda
y que lo mejor que podría hacer
sería irme a vivir a un lugar
donde no habite
nadie
que pueda ignorarme
donde no habite
nadie

nadie.

Esto no es una broma