Hace unos meses, publiqué un artículo titulado Sobre el precio de una performance en el que planteaba la cuestión de ¿de qué manera debe financiarse el arte contemporáneo?.
Procedí a enviar el siguiente email a varias personas que tuvieron a bien contestarme y lo que voy a hacer es reproducir sus respuestas sin hacer ningún comentario al respecto. Como mucho, incluyendo mis respuestas a las suyas, que, en todo caso, fueron muy de agradecer.
De: Giusseppe Domínguez
Para: DISTINTOS DESTINATARIOS del ámbito de la Performance, la Danza Contemporánea y algunos amigos cuya opinión aprecio especialmente.
Enviado: martes 8 de noviembre de 2011 14:18
Asunto: Me gustaría tu opinión
Me gustaría saber tu opinión, porque he escrito un articulo pero tengo
dudas… no voy a negarlo.
https://giusseppe.net/blog/archivo/2011/11/08/sobre-el-precio-de-una-performance/
Un abrazo,
Giusseppe
El primero en responderme, casi como si esta pregunta se la hubiese hecho tantas veces que supiese la respuesta, fue el gran Bartolomé Ferrando:
Giusseppe:
Yo sí que soy partidario de que se pague a un performer.. pero ese dinero debería conseguirse de la Institución pública a la que pagamos todos. No sé hasta qué punto soy partidario de cobrar una entrada al público. Yo la pagaría..pero hay personas interesadas que disponen de muy poco dinero
Un saludo
btmé
Y le respondí agradeciéndole su claridad:
Muchísimas gracias por tu opinión.
Estoy de acuerdo en que si pagamos todos a esta Institución debería ser para la divulgación y el fomento de la cultura (la cual debería (de una vez) contemplar la cultura contemporánea), pero me preocupa que no la tenga o, como tú dices, que si se hace de manera privada mediante cobros de entrada, podría ser porcentual a renta o similar. No contemplé este punto y me parecería muy interesante.
Gracias otra vez y un cordial saludo,
Giusseppe
La tercera respuesta fue de Hilario Álvarez, quien mantiene un interesantísimo blog sobre sus opiniones sobre el Arte de Acción, entre otras cosas.
Hola Giusseppe:
He leído tu artículo y contesto «a vuela pluma». Aviso esto para que no te crees expectativas (O tendrías que pagarme, según expones).
Porque tal vez te ayude en tus dudas sobre qué es arte contemporáneo (¿qué es arte?, en realidad) te recomiendo un libro que, no por casualidad, estoy releyendo estos días:
«La transfiguración del lugar común. Una filosofía del arte» de Arthur C. Danto. Ed. Paidos Estética 31. Es un libro de 1981 editado en España en 2002, es decir, absolutamente contemporáneo.
En cuanto a la pregunta clave de tu artículo, ¿cómo remunerar una performance? te diré, y no es salirme por la tangente, que depende.
Depende de qué idea del arte tiene quién realice la performance.
Si es alguien que considera el arte como un trabajo, lógicamente reivindica una remuneración por su trabajo. Músicos, bailarines (tango incluído) cantantes, compositores, escritores, cineastas y videoastas editores y escritores y últimamente también los poetas y sus declinaciones escénicas de spoken words, forman parte (si quieren) de lo que se llama «las industrias culturales» y como tales trabajadores de la industria cultural reclaman un «salario».
(Como anécdota, hace pocos días publiqué en el blog de la Oficina de Ideas Libres lo siguiente:
UN TITULO CLARIVIDENTE
La industria cultural: Ilustración como engaño de masas.
De Adorno y Horkeimer. 1947.
Lógicamente estos trabajadores de la industria cultural necesitan, como bien dices, crear expectativas. De hecho lo que todos nos envían es el anuncio de su actuación. Luego ninguno nos envía el documento de lo hecho. Su necesidad es la de crear audiencia, tener un público, a ser posible fiel, que les mantenga. En ese aspecto, deben atenerse a las reglas del negocio del espectáculo (show business).
Otra posición es no considerar el arte como un trabajo, sino como una labor, una actividad que paga en si misma. El pago es el hecho de hacerla. Entonces lo que se comunica a los demás es el documento fehaciente de lo realizado. Por ejemplo la primera acción, con conciencia de tal (que yo sepa) que se hizo en la España contemporánea, la hizo ZAJ. Consistió, como ellos mismos dijeron, en el traslado de varios objetos de una calle a otra de Madrid. Y después de hacerla enviaron una postal para comunicarlo.
La última vez que estuve con Isidoro me «contó» una acción que había hecho: Fué al Museo del Prado, donde había una de esas exposiciones que atraen masas, se puso en la cola y cuando iba llegando a la zona de la entrada iba dejando pasar a quienes venían detrás de él en la cola. Así se pasó la mañana.
Algo más sobre Isidoro, que no citas en tu texto y que para mí, que tuve que convencerle para que la hiciera, es fundamental: el título de su acción en el Círculo de Bellas Artes fue (es) «Una mala acción». Y ese titulo es toda una declaración de guerra y, como bien dices, de repudio de lo que allí estábamos haciendo los demás.
Puestas así las cosas, ¿de qué vive un artista? A esta pregunta Robert Fillou respondía que en ese terreno los artistas están al nivel que todas las demás personas: tienen que buscarse la vida como mejor puedan. Y, además, hacer arte.
En algunos países tenían (no sé si siguen teniéndolo) un salario muy mínimo pero vitalicio para quienes salían de la facultades de Bellas Artes, con la condición de que entregasen al estado algunas obras cada año y siempre que no realizasen exposiciones y ventas en el mercado del arte. Pocos se conformaban con ese salario mínimo y en cuanto podían entraban en el circuito profesional del mercado, pero al menos les servía como rampa de lanzamiento y supervivencia en esos primeros tiempos.
Otra posición es la de considerar el arte y la cultura general, como una necesidad social y por tanto como una obligación del estado, la de mantener el arte y la cultura como un servicio público. Durante los años de la gran depresión en Estados Unidos, la Unión de Artistas consiguió presionar al gobierno para que pagase salario a algunos artistas que trabajaban en proyectos de lo que hoy llamaríamos arte público.
Si tienes curiosidad teclea en tu navegador de internet: ART WORK: A national conversation about art, labor, and economics
Seguro que te sorprenden los muchísimos artículos en los que artistas americanos, ahora mismo, se plantean y exponen sus posturas ante las preguntas que te haces, y algunas propuestas muy curiosas (Chris Burden en un programa de radio) sobre cómo conseguir financiación.
Un par de cosas sueltas más: sobre el precio de una obra de arte, Wittgenstein en «Aforismos Cultura y Valor» dice (cito de memoria) «Una obra de arte debe valer lo que te cueste hacerla» y en cuanto a la calidad de la obra y la necesidad que dice Rilke, tuve un maestro de arte (Gerardo Delgado, arquitecto y pintor contemporáneo) que decía que si para alguien hacer arte era una necesidad, lo mejor que podía hacer era hacérselo mirar. Seguro que es más barato que vaya al psicólogo que nos aburra a los demás con sus carencias.
Voy a poner un enlace a tu artículo en el blog de la OIL.¿puedo?
Un abrazo
Hilario
A lo que yo no pude evitar responderle:
Muchísimas gracias por la argumentadísima y bien expuesta respuesta.
Que generes expectativas es necesario, pero no suficiente para que te pague… ;-)))
Estoy deseando dar con ese libro que estás releyendo. Lo buscaré. También tengo pendiente revisar obra de Adorno, a quien tengo un poco de manía (prejuicio) por su famosa afirmación de «Después de Auschwitz era imposible escribir poesía». Menos mal que Paul Celan le contestó con su no menos famoso TodesFuge.
Me encanta la respuesta que das sobre la remuneración de una performance:
Depende de qué idea del arte tiene quién realice la performance.
Completamente de acuerdo. La subscribiría 100%. Pero esto sigue sin resolver el enigma, lo traslada a saber ¿Qué idea tiene del arte quien realiza la obra (en general)? ¿Quién evalúa la verdad o falsedad de la idea que el artista dice tener del arte?
Sé que son preguntas que un ajeno a la formación académica del arte puede formularse incluso con cierta ingenuidad, pero que vienen rondándome la cabeza desde hace años.
Quizá porque vengo viviendo como recomienda Fillou desde hace años y es tan cansado…
Cuando releo a Maiakovski (Te recomiendo Conversaciones con el inspector fiscal sobre la poesía) me encuentro con que el planteamiento que más me gustaría es el que dices que existía en algunos países, de pagar un mínimo a quien diga dedicarse al arte (acreditándolo no sé muy bien como… lo de la carrera no sé si me convence, pero puede ser una forma, a falta de otra). Y también completamente de acuerdo con la idea de que aquel que opte por vivir del mercado, inmediatamente está renunciando a la subvención.
Muchísimas gracias otra vez por tu respuesta y, por supuesto que puedes publicar o referenciar cualquier cosa que esté en Internet… mientras no se aplique en exceso la famosa ley SINDE. Todo el contenido de mi web (y mi blog es parte de ella) es público y absolutamente gratuito. No creo ni en el Copyright ni tan siquiera en el Copyleft… o sea, que sí. De hecho, un placer y un orgullo que hayas publicado esta respuesta en tu blog… del que me he hecho hoy mismo seguidor.
Un abrazo enorme y espero que nos veamos pronto,
Giusseppe
Y él enriqueció mi cultura en estos temas con un enlace recomendable:
Hola Giusseppe:
Mira este enlace
http://www.charlotte-lindenberg.com/news-questionnaires/?mid=5261
Como verás hay mucha gente interesada en el tema arte/aconomia y también tienen dudas.
salussss
Hilario
Mi querida amiga Lilian Flores ya me había respondido con su cordialidad habitual:
Me parece claro y lucido! las respuestas habra que buscarlas entre todos los artistas contemporaneos creo yo,,,
en fin marido, se entiende muy bien y deja una puerta abierta a buscar OTRAS FORMAS DE HACER Y SER….
se imprimeeee jaja. lilian
A lo que respondí:
Eso estoy haciendo (lo de buscar respuestas) y ya he tenido alguna de gente tan relevante en este campo como Bartolomé Ferrando, ni más ni menos.
Un abrazo enorme e intenta no imprimir… ahorra papel y árboles.
Un placer de desayuno…
Hasta prontito,
Gsp
Mi buena amiga María Ginzo no tardó demasiado en responder:
Hola Giuppe!!
Qué tal estás? Disfrutando del día de fiesta o has de trabajar en actividades lucrativas?
He leído tu entrada en el blog sobre el precio de las performances, y de hecho me he puesto a trastear en tu blog, y he leído de paso «Sobre la gratuidad y el amor al arte» […]
En cuanto a lo del arte y el precio… es un tema muy interesante pero sobre el que no he pensado mucho aún, la verdad. Quizás por dedicarme a la tarea de intentar enseñar filosofía a unos adolescentes (de forma más o menos agradecida) y en todo caso a cambio de un sueldo.
Parece como si hubiera cosas demasiado nobles como para admitir dinero. El dinero… es como si las ensuciase, como si perpetuase un esquema mercantil del que el artista quiere escapar, porque no es eso, claramente, una performance, por ejemplo, no es una mercancía. Lo que ocurre es que pagar por ir a ver una performance yo creo que no hay que verlo como «intercambio mi acción y algún recurso material por 10 euros», sino que esos 10 euros son un donativo para que el artista pueda seguir trabajando. Lo del mecenazgo democrático me parece interesante. Hay algunos que lo hacen antes de la acción: por ejemplo, tú calculas que una acción te va a costar x, pides subvenciones online para poder hacerla. Lo que pasa es que con este método, a veces se consigue muy poco…
Supongo que también plantea un problema el que, según tú planteas «la contemporaneidad ha roto con la idea de que haya espectador «, porque la retribución debe tener en cuenta la existencia del espectador, no?
Y claro, el ejemplo concreto que mencionas: si pagarías por ver a Isidoro Valcárcel Medina paseándose… parece una broma, pero el caso es que el tal Isidoro también comerá, dormirá bajo techo… cómo soluciona él el tema de las necesidades materiales?
No sé, Giuppe, creo que sé demasiado poco sobre arte contemporáneo! Pero me parece un tema muy interesante que me gustaría seguir discutiendo contigo.
[—]Un abrazo muy fuerte,
María
Y mi respuesta también publicada:
Hola Maria!!!!
[…]Hummm… no sé qué contestarte a tu respuesta.
No se trata de que el dinero ensucie, pero la performance surgió para acabar con la especulación que se estaba produciendo en el mundo del arte objeto, llegándose a pagar cantidades astronómicas por piezas de Jackson Pollock cuyo valor era más que cuestionable, salvo el meramente especulativo. Y el interno para Pollock, que es incalculable. Esta incalculabilidad es la que estoy cuestionando… ¿Ha de establecerse algún método para cuantificar lo que ha sido incalculable hasta hoy por considerarse inherente a la condición de cualquier creación contemporánea o, por el contrario, ha de renunciarse a entender el trabajo de creación contemporánea como algo cualitativamente distinto a la creación clásica en términos de retribución?
No solo el pago condiciona al artista que, en la mayoría de los casos, tiende a pensar en dar algo más espectacular, desvirtuando así la honestidad del acto creativo, también lo hace saberse observado en muchos casos, o exponer y desear (o precisar) un número de espectadores, de asistentes, de público…
En absoluto es «pecaminoso» ese camino, pero desde luego es anticontemporáneo. No hay mucha contemporaneidad desposeída de conceptualismo. Y sin tener en cuenta la coherencia de la obra, poca obra «moderna» se sostendría.
Sí, IVM ha comido poco toda su vida, siendo, como sabes que opino, el mayor artista que ha tenido este país en la segunda mitad del siglo XX, quizá junto con Brossa. Aún vive en condiciones bastante humildes… sobrevive, casi. Pero sigue sin venderse. Lo más admirable de él es esta integridad tan fácilmente olvidada por todo aquel que tiene la posibilidad de ganar dinero o fama y prestigio y renuncia a ello porque sabe que esto puede alejarle de su discurso.
Un abrazo enorme y hasta prontito… espero!
Gsp
La bailarina contemporánea Simona Ferrar, me hizo el aporte siguiente:
Gracias Giusseppe por compartir y por tu llamada al debate.
Te voy a responder con algunas ideas sueltas, pero no tengo respuestas claras obviamente…
1) Es importante plantearnos la pregunta de si ser artista puede ser un oficio o simplemente una manera de ver el mundo que lleva a cada uno a querer expresarse a través acciones, escritos, dibujos, lo que sea, en su tiempo libre, pero sin necesidad de que esto se transforme en una dedicación profesional. Opino lo primero, porque me parece que el artista, además de ser un creador, también es un ser que reflexiona, ofrece una visión sobre el mundo que puede ser útil, saludable, incluso necesaria para que la sociedad también pueda tener un espacio de reflexión a través de las expresiones que ofrece un artista. De la misma forma que un monje, un científico necesitan tiempo para poder hacer bien su trabajo de reflexión, búsqueda y compartirlo con la sociedad, pues el artista hará mejor su trabajo pudiendo dedicarse plenamente a ello. Y para que tenga tiempo para hacerlo, necesita ser remunerado por este tiempo de trabajo, es una obviedad.
2) El trabajo del artista, en muy pocas ocasiones se verá suficientemente remunerado para «vivir», solamente a través del pago de las entradas para su exposición, performance, obra de danza, lo que sea. Para llegar a estas expresiones, habrá hecho un largo trabajo anterior de reflexión y de búsqueda de formas (incluso en el caso de un performer que llega a la acción de andar simplemente). Por lo cual, la cuestión de pedir que se pague o no un acto artístico, tiene que ver sobretodo con invitar al «espectador» a aportar su valoración del trabajo, que suele representar una cantidad simbólica de los ingresos que necesita un artista para vivir.
3) Cómo asegurar entonces el «sueldo» del artista? Esto es lo más difícil. El arte, por definición, no suele ser directamente rentable. Por lo cual, si queremos fomentarlo, tenemos que encontrar a quién lo financie. En algunos casos puede ser el gobierno, en otros mecenas. Cada uno vendrá siempre con sus ideas y exigencias, definiendo entonces a su manera los límites de la libertad del artista. Entonces me parece muy importante que los que deciden apoyar económicamente a los artistas lo hagan con consciencia e inteligencia con respecto a sus motivaciones. Para llegar a una motivación consciente e inteligente debemos reflexionar profundamente juntos sobre el por qué queremos fomentar el trabajo de los artistas, sobre el por qué queremos juntos ofrecernos el arte? Y creo que es esta última parte que muchas veces falla y que necesitamos seguir trabajando, y opino que los artistas podemos y debemos contribuir mucho a esta reflexión, y compartirla con el mundo en el que vivimos (más allá de nuestras necesidades personales y de nuestro ámbito).
4) Si estimamos que la expresión y la reflexión artísticas suponen un bien necesario para la sociedad, porqué la gente tendría que pagar? Sobretodo los que no tienen dinero? Pienso que el arte debe ser fácilmente accesible para todos, pero que se recuerde siempre al espectador que el trabajo del artista tiene un valor, y una de las maneras de hacerlo es proponer un precio de entrada (pensando en la opción de rebajar el precio o ofrecer entradas gratuitas a personas que están en dificultad económica). Pero no pienso que el espectador debe ser el único responsable de remunerar el trabajo de un artista, de la misma forma, que el paciente no debe ser el único responsable de remunerar el trabajo de los médicos, enfermeros, o el alumno él de los profesores.
Me enteré hace poco que el gobierno belga, además de ofrecer bastantes ayudas a la danza, también tiene un programa de ayudas para productoras que producen y distribuyen proyectos de creadores, permitiendo de esta forma que estas productoras también se puedan ocupar de artistas emergentes y/o «experimentales».
Voilà, sigamos pensando.
Un beso y gracias,
Simona
A Simona le respondí así, también por puntos, como ella:
Querida Simona,
Gracias, en primer lugar, por tomarte el tiempo de responder. Y hacerlo tan extensamente.
1) Sí, es una pregunta interesante, esta de si ser artista es oficio o no. Para mí, casi, debería ser un trabajo remunerado funcionarial. Pero tampoco lo tengo tan claro: ¿Cómo se harían los exámenes de ingreso / Oposiciones?
2) ¡Qué me vas a contar! Lo que no tengo claro es la forma de remunerar (mientras no se resuelva el punto 1) ), especialmente cuando se trata de una creación contemporánea que desafía el esquema espectador/espectáculo al no existir criterio objetivable con el que saber si se satisfará una expectativa.
3) ¿Qué ocurre cuando la obra pone en cuestión la posibilidad de comercialización? Me encuentro con exposiciones antisistema que se hacen en, por ejemplo, la Casa Encendida y me da repelús… no sé, quizá ser demasiado coherente puede conducir a la inacción.
4) Que alguien tiene que pagar y que, en última instancia será la gente, es algo inevitable. La cuestión es la manera de hacerlo: ya sea a través de empresas que ingresarán beneficios por desgravaciones (impuestos que no se recaudan y que, por tanto, acaba pagando la gente), o a través de impuesto directo, de entradas, etc… no hay forma de evitarlo. Sí que es interesante que se debata sobre si los que tienen más deben pagar más (como en el modelo actual, donde los impuestos subvencionaban el arte contemporáneo y, se supone, quien tiene más dinero ha de pagar más impuestos… y ya, ya sé que este es uno de los puntos débiles de todo lo demás).
Muchas gracias otra vez por la respuesta que posiblemente compilaré con otras para publicarlas en el blog y haceros saber las de otras personas consultadas.
Un besazo enorme!
Gsp
Luis Elorriaga, organizador de los Encuentros de Arte de Acción de Caudete, me dijo:
Hola Guisseppe:
Se entienden tus dudas, pues yo también las tenia, pero 10 €. no es una cantidad que se considere un valor ejemplar, es simplemente intentar cubrir gastos (en ese caso) y un experimento para ver si es posible cobrar por nuestros trabajos.
En cuanto a frase de Rilke: Una obra de arte es buena cuando surge de la necesidad. Habría que añadir que la necesidad debe ser anímica, expresiva, intima, de comunicación ..
Abrazos Luis.
Y le contesté:
Muchas gracias por tu opinión y el tiempo que me has dedicado.
Sí estoy de acuerdo en que en este caso se trata, con esos 10€ de cubrir gastos, pero era no sólo una reflexión sobre este caso sino un poco más general.
En cuanto a lo de la necesidad: totalmente cierto: es una necesidad anímica, íntima, de comunicación. Exactamente esto.
Un abrazo,
Gsp
Mi amigo Jose Eugenio Vicente Torres me apelaba a la falta de resolución:
Querido Gupe, primero perdona por la tardanza en la contestación (Apenas veo los correos).
Acabo de leer tu artículo y me remito a otro que leí hace tiempo y que señalas en este último «La gratitud y el amor al arte» Del primer artículo todavía me acuerdo y lo leí hace tiempo. Era sentido, visceral y comprometido. No exponías una pregunta, dabas unas razones. En este haces una cuestión que no contestas. Muestras ejemplos que quieren justificar algo que no te atreves a definir y en mi opinión, lías la madeja. No te puedes preguntar algo que sabes su respuesta sin darla a conocer. Me gusta tu visceralidad, no tu intento de justificación. Es como si te sintieses culpable. Así que no te andes con remilgos y opiniones de terceros y expón.
Un beso muy grande y gracias por confiar en mí.
Y, por alusiones, jeje, tuve que responderle:
Hola amiguete,
No es falta de compromiso con mi opinión, es que, realmente, no tengo una firme opinión formada y eso es justamente lo que me cabrea, me inquieta, me mueve a escribir este texto que puede que no sea concluyente, pero es que no puede serlo. Quizá lo que quería era denunciar a todos los que sí deciden tenerlo claro y afirman que hay una forma (a veces solo una) de resolver esta aparente paradoja.
De todos modos, muchísimas gracias por tu opinión, que me ayuda a entenderme un poco más.
Un abrazo gigantesco y hasta prontito,
Gsp
La escritora Clarisa Vitantonio, desde Rosario, Argentina, me envió su respuesta:
Giu,
Leí atentamente la nota, y puse en facebook. La verdad que estoy de acuerdo contigo y a mi también se me plantea esa duda. ¿Cuál es el límite?, ¿Cuál es la retribución contemporánea del valor artístico? Y ¿dónde está el concepto del arte fuera o dentro de los lugares establecido que la gente conceptualmente acepta pagarlo o no?. Creo que todavía no están claros los conceptos, o no muchas personas (y sobre todo los artistas) están dispuestos a llevar este debate. Y como siempre que se discute terminan en posiciones fundamentalistas. ¿Donde está nuestro punto de valoración frente a nuestro trabajo? Es extenso el debate y creo que lo has planteado con mucho coraje (y como siempre excelentemente escrito) y pones de manifiesto algo que dentro de la llamada industria cultural no quieren oír, cualquiera sea la posición que tengan del lado.
Espero podamos seguir debatiendo este tema.
Besazos
Clari
Y, como ya estaba un poco cansado de debatir, respondí más escuetamente que de costumbre:
Me alegra que te interesara el tema y que lo compartas.
Un abrazo y sí, seguiremos debatiendo.
Hasta pronto,
Gsp
Y supongo que eso es, seguiremos debatiendo, aunque me ha ayudado a comprender cómo se percibe esta problemática desde distintos sectores (y eso que no me extralimitado, preguntándolo a gente desconectada de lo que podríamos llamar el entorno artístico contemporáneo).
Muchísimas gracias a todos los que respondieron y también a aquellos que se tomaron la molestia, al menos, de leerlo.